Si vences a muchos eres el mejor, pero si te vences a ti mismo eres poderoso

sábado, 12 de diciembre de 2009

Reflexiones intrascendentales postaccidental

El principal recuerdo que me viene a la cabeza del accidente es la voz de la propietaria del coche diciéndole a alguien que la culpa era mía y la voz de un hombre preguntándole si había llamado a la ambulancia. Yo intentaba levantarme pero estaba mareado y con los ojos cerrados permanecí en el suelo. Cuando logro incorporarme, a trancas y barrancas, lo primero que me dice la buena señora es que si rellenamos los papeles. La miro con desprecio. No puedo, ni tan siquiera, mantenerme de pie y solo se preocupa de una mierda de papeles. Al hombre que llamaba a la ambulancia le pido que anule el aviso. Fui al hospital por mi propio pie.

Hoy que hace un día soleado, frio y luminoso yo estoy aquí en reposo con la pierna estirada sin poder disfrutar de la ruta que tenía preparada y me da por pensar y reflexionar. Pienso en lo diferente que es el mundo de la bici con el otro. Pienso en el compañerismo y la solidaridad que se vive en una ruta en medio del campo, donde cualquiera sin conocerte se para y te ayuda. Por el simple hecho de ser ciclista. Globero, pro, amateurs, de flaca o gorda da igual perteneces a la gran familia que son los ciclistas y eso es motivo más que suficiente para proporcionar la ayuda. Incluso en una carrera donde todos compiten contra todos, también contra uno mismo pero lo que nunca se abandona es la solidaridad. Me viene a la cabeza, fue en una carrera de Ronda, cuando en un accidente un ciclista se quedó con el accidentado hasta que llegó al hospital y después pidió que lo llevaran al punto donde lo habían recogido para continuar con la carrera. No se conocían eran simplemente ciclistas. He visto, incluso yo mismo lo he hecho, dar tu única cámara a uno que había pinchado cuando aún tenía por delante 25 km. Y si pinchaba yo, ya me la daría otro.

Que diferencia este accidente con el que tuve en la bici. Allí incluso rompí el casco del golpetazo. Uno se preocupaba de cambiarme la cámara, otro esperaba a mi lado a que llegara en coche médico y escuchaba como los que pasaban preguntaban si estaba todo controlado.
Me viene a la cabeza la muerte de Xavier Novell. No lo conocía pero cuando leí en un blog la noticia de su fatal accidente sentí una gran pena. Un gran dolor por alguien al que no conocía pero que compartía la misma afición. Me sorprendí en mitad de la ruta, la del Camino de Santiago, pensando en él y rezando una oración. Quizás lo único que podía hacer.

Aquí en casa, desperdiciando un buen día de bici, con la pata tiesa, dolorido he llegado a la conclusión de que me siento orgulloso de ser y pensar en ciclista. Que miramos la vida desde otro punto de vista, quizás el que nos proporciona estar sentados en esos ridículos sillines. Que si hubiera más ciclistas en el mundo, tal vez sería un mundo mejor.

Creo que hoy estoy de bajona.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Estas imágenes pueden herir tu sensiblidad

Después de un magnífico fin de semana de 4 días por tierras turolense y nada de bici, el disgusto. Hoy y mañana tocaba sensión de gym y ya estaba preparando la salida del próximo finde. Mi gozo en un pozo. Un accidente con la moto que puede dejar en el dique seco por lo menos una semana. No tengo ninguna rotura pero sí estoy muy dolorido del golpe y la rodilla con quemaduras de 2º grado.



Como en todas las pretemporadas de nuevo me vuelvo a lesionar. No ha habido ninguna pretemporada, desde que empezó mi afición ciclista y ya hace algunos años, en la que no haya tenido que sufrir un parón por lesión.
A ver como se desarrolla todo y puedo coger la bici este finde, aunque sea solo para pasear. Pero ahora mismo estoy hecho una mierda.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Un paseo de 75 km

Por fin, después de casi un mes con la bici de montaña en el taller, pude recoger a la gordita. Al final la horquilla que le han puesto es la Sid Team y lo mejor de todo es que como se habían equivocado me respetaban el precio de la Race, que era la que yo había pedido. Cojonudo. Ya solo quedaba estrenarla. El único pero es que en la carrera de Paterna, el cegato que protezó con la bici rompió la punta del manillar. Lo hemos cortado 1,5 centímetro por cada lado pero los acoples no se agarran bien y se mueven. He decidido no ponerlos. A ver como se da.

La ruta ya estaba elegida, después de ver el blog de Pablobike, me apetecía disfrutar de bici y paisaje. Regulé la horquilla y el amortiguador que también lo han revisado y a las 9 en la calle. La primera impresión encima de la bici es que ha cambiado. Las reacciones son otras. Son más vivas y a las vez más progresivas. Incluso la dirección es más rápida. Creo que ese cambio viene debido porque antes en la otra horquilla el eje de las ruedas se apoyaba al final de los brazos de la horquilla. En la nueva está desplazado. Pero lo me más me gusta es que se lo come todo. Creo que he encontrado el punto idóneo.

En cuanto a la salida de ayer me apetecía una rutita por la sierra. Aquí en Sevilla, la más cercana no necesidad de coger el coche es la Sierra Norte. No hay grandes desniveles pero si mucho rompe piernas. No es el mismo paisaje de la sierra madrileña, pero es lo que hay y la verdad hay un tramo que sí me gusta mucho.
Al principio noté que no tiraba, que las sensaciones no eran buenas. Ya en el primer repecho el corazón se me salía por la boca. Decidí tomármelo como un laaargo paseo de 75 km. Iba descubriendo las reacciones de mi nueva horquilla y a la vez disfrutando de una fría mañana de bici. Notaba que me costaba llanear, pero no tanto subir. Pensé que sería por haber cogido estos días atrás la flaquita. Al principio empecé a comerme la cabeza, pero decidí no preocuparme y simplemente disfrutar del paseo.
A medida que consumía kilómetros las sensaciones iban mejorando. Llegué a lo que es el paso restringido de la Ruta del Agua y allí me tomé mi primer gel. Solo tenía en el cuerpo un café y aún me quedaban 14-15 km hasta La Cantina, donde suelo desayunar. Ese es el tramo que más me gusta, en el que más disfruté. En el que sentí los sonidos del silencio. Era paz lo que sentía. Después del desayuno tocaba volver a casa pero ante tenía que superar la cuesta de La Culebra. Me sentí mejor que en otras ocasiones.

Ya de regreso estaba tan ensimismado en mis pensamientos, en mis historia, en mi amor que en un momento dado decido parar para llamarla. Paro y veo que pasa algo raro, la línea del horizonte se empieza a inclinar, el árbol están perdiendo su verticalidad. Noooo, el que está perdiendo la verticalidad soy yo. Se me ha olvidado poner los pies en el suelo. La leche era inevitable. En el suelo me empiezo a reír. No me podía creer lo que me había pasado. Me levanto lo más rápido que puedo y miro. Menos mal que nadie me ha visto. Me rio. Vuelvo a mirar por si alguien me ha visto, pero no mi honor ciclista está a salvo.
Llego a casa muy satisfecho de la ruta, de mi nueva horquilla y de la mañana tan fantástica que disfrutado, pero más alegría me llevo cuando descargo los datos del cuenta y los comparado con la última vez que hice la ruta, en agosto, ha mejorado algo. No está mal.

Hoy ha amanecido lloviendo, como en toda España, y he decidió ir al gym y hacer algo en la piscina. He durado media hora, me duelen todos los músculos. Estoy peor que si hubiese corrido un maratón y eso que solo hice 6 largos a ritmo lento y 2 largos solo moviendo las piernas. Toy muerto.

domingo, 22 de noviembre de 2009

De nuevo la semana 1

La segunda semana de la pretemporada y la primera semana en blanco. El lunes por fin me dicen por que me lesiono cada vez que corro. Tengo una desviación de la cadera de medio centímetro. Nada que no se pueda arreglar con una plantilla me ya me están haciendo. Segundo revés. Recibo los resultados del reconocimiento médico que me hicieron en el trabajo. Todos están bien salvo el colesterol. Está un pelín alto. No lo entiendo pero salvo que los análisis estén mal o que el día anterior me di un atracón está por encima de los límites.

Miro en la red las consecuencias, algo que no se debe hacer, por que cuando terminas de leer tiene el convencimiento de que es una enfermedad terminal y yo que de un grano de arena hago cinco desiertos. Me vine abajo. No entendía como podía tener el colesterol alto. Entreno hasta quedar extenuado, no pruebo el alcohol y como relativamente sano salvo mi único vicio: el chocolate. Ojo, que me refiero al chocolate de comer.

Me hundí y se me quitaron las ganas de entrenar. No hice nada, me entró la apatía y como resultado toda la semana en blanco. Pero se acabó comer chocolate y desde el lunes empieza, mejor dicho, recomienza la pretemporada. Empieza la semana 1.

domingo, 15 de noviembre de 2009

Empieza el trabajo

Doy por iniciada la pretemporada. Ahora toca trabajo de gym y salidas con la flaca. Lo del gym no me gusta mucho pero es la única forma de conseguir los objetivos que me he marcado mejorar, como es la potencia. He vuelto a sentir las agüjetas. En cuanto a la bici no la cojo mucho, o por lo menos todo lo que me gustaría o debería, solo los fines de semana que me quedo en Sevilla que últimamente no son muchos. Este finde me quedaba en Sevilla.

El sábado la salida fue en compañia de Jon. Quedamos en que yo salía antes. El trayecto ya estaba determinado pero cuando llevaba unos 12 km me llamó para cambiar los planes. Vuelta atrás para recogerlo. Cuando llegué ya llevaba 37 km en las piernas. Ya juntos nos fuimos para cuesta de Las Doblas. Subimos en plan tranquilo. En un momento dado, en mitad de la cuesta, miro el pulsómetro y observo que voy a 170 ppm pero no tengo esa sensación de agobio. Pienso que el pulsómetro no va bien. No se corresponde la sensación que tengo con lo que marca. No sé si es bueno o malo.

Una vez arriba tocaba desayunar. Yo solo tenía en el cuerpo un café. Nos dirigimos a Santiponce para comernos una buena tostada que, al menos a mi me supo a gloria. Con la tripa llena ya en el pueblo de Gines y cada uno para su casa. Al final me salieron 74 km.

El domingo la salida fue en solitario. En un principio cogí la carretera sin ningún destino, solo me guiaría por las sensanciones. Me sentía un poco cansado pero tenía ganas de bici y al final me encajé en El Ronquillo para sufrir después la cuesta de la Media Fanega. En un momento que me llaman por teléfono y estoy parado en el arcén me pasa una valiosa y rara reliquia del ciclismo.


El la bajada estaba parado y la volví a ver. Además era del mismo color que la de la foto. Yo seguí mi camino hasta Ronquillo. De nuevo en las continuas subidas hasta llegar al pueblo observo que el pulsómetro esta vez marca 180 pero no sufro esa sensación de ahogo tan pronunciada que suelo tener cuando llego a esa cifra. La realidad es que el pulsómetro funciona bien. Cuando llego paro para tomar el preceptivo desayuno. Me conozco las rutas por los sitios donde desayuno. Allí coincido con otros dos ciclistas y mientras desayunamos mantenemos una agradable conversación. Como es lógico sobre bicis. Por cierto los tios se habían tomado 3 coca-colas cada uno.

El regreso, después de subir la Media Fanega que no se dio tan mal para la fecha en la que estamos, fue mas liviano que la ida. Ahora el terreno tendía hacía abajo. Ya empezaba a notarme más cansado pero la verdad es que más que un entreno fue un salida para disfrutar. Llegué a casa muy satisfecho. Al final los 94 km unidos a los 74 de ayer es un buen comienzo para empezar.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Resumen temporada 2008/09

Esta semana la he dejado pasar en blanco. Es momento de hacer un resumen, marcar nuevos objetivos y buscar nuevos retos. Es tiempo de mirar atrás para corregir errores y mejorar, si se puede, los aciertos. Han sido 9 maratones y he comprobado que necesito mejorar muy mucho en las subidas. No solo en la potencia sino también en la técnica, donde desde luego he avanzado muchísimo tanto en las subidas como en las bajadas. Lo he podido comprobar en las dos últimas carreras. En cuanto a la potencia en las subidas he mejorado pero me queda camino por recorrer.Para conseguir esa mejoraría le he pedido al monitor del gym una tabla.

Otra cosa que he cambiado este año ha sido la cadencia. Para eso me ha ayudado la flaca. Antes iba más atrancado y no era un pedaleo redondo. Debido a mi malformación para ejercer la misma potencia, necesito menos fuerza en la piernas izquierda que en la derecha.

También aprendí que no se puede empezar la pretemporada tan temprano y tan fuerte. En Abril-Mayo me sentía cansado y sobre-entrenado. Este año me lo pienso tomar con más calma e ir aumentando la intensidad paulatinamente. En carrera también he aprendido cosas. La primera y principal a alimentarme antes de empezar una prueba y después saber aguantar una rueda y no llegar y empezar a tirar sin que nadie me dé un relevo. Como dice el dicho “Al enemigo ni agua”.

Este año han sido 9 pruebas todas terminadas con mayor o menor fortuna, con malos o peores tiempos pero en todas he dado lo máximo de mi.

3º Desafio BTT Sierra de Aznalcollar (21/Marzo/2009) - 91 Km - Tiempo 6:12:25
V Homenaje a los 101 KMS de Ronda (29/Marzo/2009) – 70 Km - Tiempo 6:25:12
VIII Ruta Maratón Biciaventura de Brenes (19/Abril/2009) – 104 Km – Tiempo 5:22:19
6ª Ruta BTT Marathon Ciudad de Valverde (9/Mayo de 2009) – 95 Km – Tiempo 7:19:47
XII 101 Km La Legión de Ronda (16/Mayo/2009) – 101 Km – 7:53:36
24 Doce San Agustín de Guadalix (27-28/Junio/2009 – 13 Vueltas
Salzkammergut Trophy en Bad Goisern (18/Julio/2009) – La suspendieron – 3:48:06
XI Maratón Ciudad de La Palma (10/Octubre/2009) – 104 Km – 6:57:10
IX Ruta Sierra de Paterna (17/Octubre/2009) – 79 km (La intermedia) – 5:19:57


Salvo la última prueba que tiré por la ruta intermedia, aún me pregunto por qué, y la de Austria que la suspendieron, todavía no sé en que km, todas las demás las he finalizado con mayor o menor sufrimiento. Eso me llena de orgullo. Hasta llegué a puntuar en el Circuito Provincial de Maratones de Huelva. 11 puntitos por el sufrimiento que padecí en Valverde.

Cuando elegí los retos, puse uno al que le tenía gana. Allí fue donde tuve mi primer gran accidente, y espero que el único. Llegué a romper el casco por 3 sitios. La ruta de los Picapiedras en el Pedroso pero ha dejado de celebrarse. Ha tenido una corta vida.

Este año ya estoy mirando retos y como no puedo obligar otra vez ir a Austria para ajustar las cuentas con las Salzka, mi mirada se está yendo a Cabezón de la Sal. Mi máxima distancia en MTB ha sido 115 km, aquí estamos hablando de 165. En principio ese será mi gran reto y luego los de siempre, con especial interés en la 24Doce (si se celebra por que el dominio ya ha desaparecido), si no se celebrara mirare para Lisboa, otra de 24 horas. Otra que me gustaría hacer es la de Sierra Morena en Córdona, pero se corre en domingo y no me hace mucha gracia. Ya veremos como confeccionamos el calendario.

Ya hoy he empezado con la pretemporada pero en plan tranquilo. He cogido la flaca, la gordita está en el taller para una revisión y el cambio de la horquilla. Al final elegí la SID Race. Al final me hice 70 km con un viento en contra en la ida que me hizo sufrir, la vuelta fue otra cosa viento a favor y en bajada. Ahora mismo lo que me interesa es coger fondo poco a poco, por lo que pausadamente iré aumentando la kilometrada.

Se acabo la temporada 2008-09, empieza la 2009-2010. Veremos como se da.

En Aznalcollar

En Brenes

En la 24 Doce


En la Salzkammergut Trophy





domingo, 25 de octubre de 2009

También salí en domingo

Después de la paliza de ayer lo que menos me apetecía era otra paliza. De nuevo había quedado con Jon, en principio a las 9:30. Por la mañana me manda un mensaje atrasando la salida. A la 10. A pasado una mala noche con la mujer y eso que todavía no ha nacido el bebe. No se quería separar mucho de la zona por lo que subimos dos veces la cuesta de Las Doblas para buscar alguna dificultad. Yo no sé como las subí, si mejor la primera o la segunda. Bueno sí lo sé. Las dos veces las subí fatal. Este año que viene tengo que mejorar muy mucho las subidas.
Ya de vuelta teníamos ganas de algo más y cogimos una carretera que os llevaba a Olivares. Ese pueblo donde me desayunaba las tostadas de pringá. Hacía tiempo que no iba. Allí me encontré con un grupo de ciclistas que conocía de coincidir algunas veces y compartir mesa. Nos saludamos y comentamos la última carrera de Paterna y la que están preparando en Ronda para Mayo de 135 km. Sería un buen entrenamiento para los 10.000 del Soplao que está entre las futuribles del año que viene.
La primera parte de la ruta nos la pasamos hablando de todo un poco, menos de política. Ya de regreso los dos permanecimos en silencio, supongo que cada uno pensando en sus cosas o tal vez estuviéramos cansados. Nos despedimos y cada uno para su casa.
Yo de regreso en solitario pensaba en la carrera de Ronda. Lo más seguro es que me apunte y si lo hago será a la de 135. Llegué a casa con 67 km.
No quiero que me pase como el año pasado cuando empecé la pretemporada muy temprano y muy fuerte y cuando llegó mayo estaba que no podía con el culo.
Este año me lo tengo que plantear con más calma.

sábado, 24 de octubre de 2009

En principio salida tranquila, al final la guerra

Salimos Jon y yo con la de flaca. Teníamos pensado no alejarnos mucho de su casa, a su mujer le queda poco para dar a luz pero el ya tenía mono de bici. Habíamos quedado a las 9:30 am en su casa pero yo me quedé dormido y llegué con 20 minutos de retraso.

Decidimos no tirar fuerte. Él llevaba dos semanas sin tocar la bici y para mi a terminado la temporada. Pero una cosa es lo que se decide y otra lo que realmente ocurre. Yendo con Jon la tranquilidad se puede perder en cualquier momento y por cualquier motivo.

Estábamos ya de vuelta. Un grupo de ciclista, unos 7 u 8, nos da alcance. Esos mismo ciclistas habían partido de mismo sitio que salía yo. El último del grupo le dice:

- Nos ha costado muy poco cogeros.

Para que le dijo eso. Va el otro y me dice no pierdas la rueda. Así fuimos un par de km. De nuevo me dice Jon.

- No pierdas la rueda y no des relevo.

El sí se pone para dar algún relevo. Antes de la llegada del grupo íbamos a unos 30 km/h, a partir de ahí subimos 5 km. Es decir íbamos a 35 por hora. Llega su turno de dar relevos y el tío aprieta tanto que se queda solo. El resto del grupo lo toma como un ataque. Uno salta para alcanzarlo y el resto del grupo tira para no dejarlos ir. En resumidas cuentas pasamos a rodar a 45 por hora. Por supuesto no di ningún relevo. Ya tenía bastante con no descolgarme del grupo. Miraba el pulso y no bajaba de 175 ppm. Tocaba subir la cuesta de las Doblas y ya si me quedé. Terminé la subida y me asuste un poco. El pulso estaba a 182. Aflojé el ritmo. Cuando de nuevo se juntó el grupo Jon se puso a mi lado. Yo le saludé con un adjetivo muy sonoro.

- Cabrón, solo ibas a dar un relevo.

Se reía y me lo justificó por el comentario que le había hecho el último cuando nos alcanzaron. Nos paramos en un bar para tomar algo. A mi me temblaban las piernas como hacía tiempo que no la hacía. Ya nos despedimos del grupo y nosotros continuamos con nuestra ruta de vuelta.

Dejo a Jon y yo tiro para casa pero antes me paso por el taller donde tengo la gordita para un repaso general y el tema de la horquilla. Cuando llego me dan una mala noticia que no me esperaba. En la carrera de Paterna un tío tropezó con mi bici y la dejo caer. El acople derecho se movía tras la caída, pensé que se había aflojado. Pues no, de golpe se ha agrietado el manillar de carbono por el extremo del acople. He pensado dos opciones: renunciar a los acoples o cortar el manillar por cada extremo unos dos centímetros. Así pasaría a medir 596 mm. En vez de los 600 iniciales. No creo que note mucha diferencia. La verdad que me ha jodido bastante el tema.

Mañana quiero salir otra vez con Jon, aunque estoy cansado del día de hoy. Rezo por no encontrarnos otro grupito.

domingo, 18 de octubre de 2009

La Gran Gilipollez

Ahora me daría de hostias por haber hecho lo que hice, pero hecho está y ya no caben lamentaciones. Fue la GRAN GILIPOLLEZ.

Empecemos por el lunes que era fiesta. Después de la paliza de en La Palma del Condado quería rodar un poco con la flaca. Cojo la carretera N640, la antigua Vía de la Plata, y la intención es llegar hasta la Venta del Alto para desayunar y vuelta a casa. Al final unos 70 km que en principio iban a ser tranquilos. Yo debo tener un cartel en la cara que dice a que no me coges? por que casi todo el mundo me reta. Un ciclista se pone detrás de mi, agunta un poco y después me ofrece su rueda. La sigo pero no quiero llevar su ritmo y aflojo. El tío se frena para que le siga. Así casi 15 km. Cuando él se da la vuelta para volver me dice que me ofrecía su rueda para que le siguiera. Yo se lo agradezco pero le digo que tenía otra intención que era rodar suave y no al ritmo que me quería llevar. Nos despedimos y espero encontrármelo algún otro día por esas carreteras.

El jueves de nuevo vuelvo salir con la gordita. Siempre me gusta salir a rodar antes de una carrera. Salí con Jon y las sensaciones no fueron buenas. Me sentía cansado y las piernas pesadas. No era un buen augurio para el sábado.

Y llegó el día, el gran día. Paterna fue mi primera carrera. Algún día contaré la historia de ese día de carrera de hace algunos años. Pero volvamos a la actualidad. Me levanté a las 6 para el desayuno. Cereales y yogur. Mi amor, que ha llegado de Madrid el viernes, viene conmigo. Desde luego para ser la mujer perfecta solo le falta montar en bici. Poco a poco todo se andará. Llegamos temprano y después del desayuno al cajón de salida.

A las 8:35 se da la salida. Como siempre primero la vuelta por el pueblo y después una larga y rápida bajada por asfalto hasta entrar en terreno campestre. La sensaciones no son nada buenas. Me siento con mucha pesadez en las piernas y el pulso se dispara ante cualquier dificultad. Me va a tocar sufrir, y de lo lindo. Sobre el km 19 ó 20 ocurrió uno de los hechos que más me han impactado en un ruta. A mi derecha veo una sombra que pasa tras unos arbustos algo altos. Ha pasado tan rápido que no he distingido que podía ser, aunque sí que era grande. Detrás de mi a unos 2 metros salta la sombra sobre los arbustos. Miro a mi derecha y después a la izquierda y veo como choca un ciervo con un ciclista al que derriba y deja en el suelo. Después saltaron dos más. Aún recuerdo el golpe seco y contundente del choque. Fue relamente impresionante. El bicho tenía unos cuernos que daban miedo. Se formó un tapón y decidí bajar para avisar a alguien de la organización. Espero que el chaval se haya recuperado por que cuando me fuí aún estaba en el suelo.

Entre las malas sensaciones y lo que había visto no iba muy bien. Un punto y aparte era el polvo del camino. Cuando daba el sol no se veía nada. Había que dejarse ir un poco para por lo menos poder ver. Realmente las sensaciones no eran buenas pero es verdad que iba adelantado a gentes, más de los que me adelantan a mi. Ahora, pensándolo friamente, no iba tan mal físicamente como sicológicamente. No recuerdo en que km se formó un señor tapón, donde todos en fila india íbamos sorteando. No era tan complicado pero a que uno se parara todos los demás lo teníamos que hacer.

Seguiamos avanzando por cortafuegos. Los subí todos salvo uno y bajarlos los bajaba todos por muy complicado que fueran. He observado que este año he mejorado algo la técnica. Entramos en camino estrecho donde abunda vegetación. Sobresalen ramas secas que te van fustigando. Una veces en las manos, otras en las piernas. Ese fue el trozo de ruta que menos me gustós. En el km 44 llega la Cuesta de los Machos, 2 km al 8%. Antes había subido la dificultad a la que llaman El Mortirolo un km al 9 y otro al 10%. En la cuesta de los Machos cojo un buen ritmo y solo me adelantan 3 ó 4, quizas 5 corredores. Yo adelanto a bastante y además llevo un buen ritmo. Sin, casi darme cuenta, corono pero algo había que no funcionaba correctamente. Tras un corto descenso hay que volver a subir y la tónica es la misma que en la subida anterior. Y llega el km 52. El fatídico km 52. No sé que me pasó y a la única neurona de mi cerebro le dió un ataque de gilipollez en grado máximo. Pregunto por la ruta intermedia. La corta era de 59, la larga de 94 y la intermedia de 74. En vez de tirar por la izquierda, cojo la derecha. Si hubiera cogido la larga solo quedaba una subida y luego todo era para abajo. Avanzo unos 200 metros y pienso en volver coger la ruta larga pero me llega a la mente lo que sufrí en los últimos 20 km de La Palma y decido continuar por la corta.

Ya practicamente no había dificultad salvo la cuesta del Pinguete, 1 km al 10%, pero que al final se convierte en el 20. Se congrega mucha gente en ese tramo a la entrada del pueblo. Durante los 20 km que me quedan me pregunto por que he hecho eso. Nunca antes lo había hecho. O hacía la ruta total o nada. La decisición estaba tomada y ya no había vuelta atrás, aunque lo pensé. Al final solo dejé de hacer 15 km, ridículo.

Llegué a la cuesta del Pinguete y allí el ambiente te pone los vellos de punta. Te dejan un pasillito, como en el Tour, y de gritan, te dan ánimos y alientos para que culmines la cuesta. Ni se te ocurre echar el pie a tierra lo poco que te queda lo das. Cuando llegas arriba tienes que girar a la izquierda y te encuentras con otra cuestecita. Allí veo a mi niña a mi entrenadora. Me saluda con el brazo en alto y cuando llego a su altura recibo mi trofeo. Sus besos.

Es cojonudo tener a una persona que te apoya, te da animos y te fomenta para hacer lo que te gusta. Gracias mi amor por esperarme tantas horas con frio o calor, por soportar mis interminables conversaciones sobre bicis y carreras, por apoyarme en mis desafios, por pensar que soy un campeón cuando realmente soy un globero. Gracias por darme los trofeos cuando llego a meta. Tus besos.
Llego a meta y siento una enorme frustación y rabia. Ella me intenta animar aunque no lo consigue. El único consuelo que puedo tener, es que terminé el 44 de la ruta intermedia en 5:19, pero no es suficiente. Al final cuando doy por terminada la temporada cometí la gran gilipollez.

domingo, 11 de octubre de 2009

No fue lo que pudo haber sido

Han pasado 24 horas y aún tengo la rabia en el cuerpo. He terminado el XI Maratón de la Palma pero lo que pudo haber sido no fue. Ahora sé como se sintió Cadel Evans cuando pinchó en la Vuelta. Pero empecemos desde el principio que fué como un vaticinio de que lo que me esperaba.

Suena el despertador a las 6:30. Tengo previsto salir a las 7:00 am, aunque está a solo 50 km tenía que recoger el dorsal. Desayuno cereales y yogur. Todo lo había dejado listo la noche anterior. Ya en el coche, a la hora fijada, tiro para La Palma del Condado. En esta ocasión voy solo. Mi buen amigo Jon no se atreve a ir con la mujer a punto de dar a luz. En la autopista observo que el coche sube de temperatura muy rápido. A medida que avanzo la temperatura va subiendo alarmantemente, aunque sin llegar a la zona de peligro. Iba intranquilo. Llego al circuito de velocidad Monteblanco, punto desde donde partia la prueba, y todo fue entrar en la zona de parking y el coche dijo hasta aquí hemos llegado. Se enciende la luz roja de la temperatura y empieza a salir humo blanco del capot y agua por abajo. Por lo menos me llevó. No sé como volvería pero eso ya lo pensaré cuando termine la carrera.

Recojo el dorsal y me preparo para ir al cajón de salida que se hace desde la misma recta de salida, y nunca mejor dicho. Me coloco bien, estaré en la línea 20 y es que al ser un recorrido por pistas era muy recomendable coger un buen grupo si se quería hace un buen tiempo. He entrado sobre las 8:25 am y hasta las 9 no es la salida que finalmente se daría siete minutos después.

Como en todas las salidas, incluso en las neutralizadas como esta, se sale a revienta caldera. Se coge un par de curvas del circuito y después de sale por una de las escapatoria de los coche. Es mucha prieda suelta donde se forma un tapón y hay que descabalgar. Son 7 km de neutralización hasta llegar y salir del pueblo. Nos reagrupamos, miro para atrás y más o menos mantengo las misma posición que en el cajón de salida y además me encuentro bien.

Se da la salida real y de nuevo a jierro. No se da tregua. Me adelantan algunos pero yo tambien adelanto por lo que sigo manteniendo la posición. Era una pista rápida y además picaba para abajo. Se volaba. Para mi era un recorrido que me favorecía. Salvo 3 subidas todo lo demás era un continuo rompepiernas. Sobre el km 13 hay un repecho y en el grupo que voy no termina de coger a los que nos preceden. Decido hacer un esfuerzo en solitario para cogerlos y el repecho lo subo a tope. Me pongo a cola de ese grupo y me dejo llevar. Ibamos por un camino al lado de río Tinto sin tiempo de disfrutar del paisaje. Cualquier despide era una caída segura. Me encuentro bien y además calculo que estoy entre los 250-300 primeros. No está mal. Pero llega el km 20 y noto un movimiento raro en la rueda trasera. Miro el cuenta y marca 26 km/h, pienso que el movimiento se debe a lo pedregoso del terreno y la velocidad. Iluso de mi. Había pinchado. No me lo podía creer. Paro y reparo el pinchazo lo más rápido que puedo. La bombona de aire no me llena la rueda, tengo que coger la bomba de aire y con las prisas casi rompo la válvula. Veo como van pasando y eso me pone más nervioso. Tengo que repararlo lo más rápido posible para coger algunos de estos grupos. Pasan y pasan y creo que pasan casi todo. No sé cuando tiempo he podido perder pero si que he pinchado en el peor momento. Cuando más rápido de iba.

Monto de nuevo y ahora se me plantea otra carrera. Ahora soy solo yo. Empiezo a adelantar a ciclistas. Llego al primer avituallamiento y pido una bomba para terminar de llenar la rueda. Hay una pero nadie sabe donde está. Paso de esperar más tiempo y tiro p'alante. Así con la rueda medio vacia terminé la carrera. Sigo adelantando a ciclistas, quiero alcanzar algún grupo que me lleve, pero solo son ciclistas descolgado. Mirándolo ahora creo que me cebé demasiado en coger algún dichoso grupo. Los km van pasando, no levanto el pie y las dificultades que hay las voy superando muy bien (dentro de mis posibilidades). Llega el km 60 y empieza la subida al Manzanito es la más dura. Sigo adelantando a un rosario de corredores y me pregunto por donde iría si no hubiese pinchado. No es lo mismo ir en grupo que ir en solitario.

Por otro lado el sol empieza a apretar, o al menos yo empiezo a notar que aprieta. Hace 40 grados y eso a mediados de octubre. El año pasado esta misma carrera se tuvo que suspender por lluvia. Prueba palpable del cambio climático. Culmino la subida y lleno el camel en el avituallamiento. Me dan una pera fresquita que me supo a gloria más que nada por el frescor. La bajada la hago lo más rápido que sé y puedo. De vez en cuando me encontraba algún repecho donde intentaba no bajar mucho la velocidad. Había un repecho casi imposible de subir montado. Lo subí. El ciclista que iba andando se quitó para dejarme pasar y empezó a darme ánimos para que lo culminara. Apreté los dientes. Un quad de la organización se puso a mi lado durante varios kilómetros. Por un momento pensé que iba el último y se lo pregunté. Me dijo que no, pero que los que iban detrás iban muy lentos y se aburría y que yo llevaba un buen ritmo. Me halagó. La verdad es que sí llevaba un buen ritmo, pero me agobiaba tener a alguien detrás de mi. Logré alcanzar a otro ciclista y por fin se quedó con él.

Ya casi todo era terreno que picaba hacia abajo y llegó el km 84 donde empecé a pagar la factura de tanto esfuerzo en solitario. Ya el ritmo no era tan alegre. Tardé casi 2 horas en hacer los 20 km que quedaban. Ahí empezó un verdadero sufrimiento. Ya llegando al pueblo veo a lo lejos una cuesta. Pienso: joder a ver si no tiramos por la derecha. Tiramos por la izquierda y en que hora. El cuenta marcaban tramos de desnivel de hasta el 18%. Ya solo quedaban 5 km y me iba arrastrando como una serpiente. Faltaba un kilometro y de nuevo se acerca el de quad. Me saluda pero me llevo una sorpresa cuando veo a un tío que va dejándose llevar por el quad (creo recordar que era el dorsal 224). Me mira y hace la gracia de decirme que es la mejor idea que ha tenido. Yo le ignoro y me muerdo la lengua para no llamarle TRAMPOSO. Veo la meta. He terminado pero no fue lo que pudo ser. Ahora tengo que resolver el problema de coche y del volver. Mientras como un buen arroz llamo a la grua que nos llevará a todos, bici, coche y yo, a Sevilla.

Al final me salieron casi 110 km. Tragué polvo, cuatro veces tuve que echarle aceite a la cadena. Por cierto como anecdota, una de las veces que estaba echando aceite un participante me pide el bote. Es un bote pequeño de goteo y el tío me dice que si no lo tengo con spray. Lo miro y le digo ya se me ha acabado pero si quiere voy y se lo traigo.

Por el cuenta-kilómetro han sido 6:45 pero no contempla el tiempo que he estado parado, para saber la realidad tendré que esperar la clasificación. Y la próxima semana Paterna, la última de la temporada.

domingo, 4 de octubre de 2009

Querer y no poder

Sigo teniendo ganas de montar pero esta semana me le he tenido que pasar en blanco. El lunes fui al gym para descargar un poco las piernas después de la paliza del fin de semana pasado. El martes había planes para salir pero el diluvio que cayó nos hizo desistir. El miércoles intento arrancar el coche pero después de cinco meses parado no hay forma. La batería estaba descargada. Con la moto me olvido del coche y cuando lo necesito lógicamente no tiene batería. Dejo el coche en condiciones. Jueves. Mi suegra está en Sevilla y quedo con ella. El viernes toca AVE para estar con mi niña. Todo da como resultado no tocar la bici en toda la semana y esto ocurre cuando el sábado que viene está la carrera de La Palma. Como siempre me tocará sufrir.



Pero tengo un dicho para estos casos. Con paciencia y saliva se la metió el elefante a la hormiga. Veremos como se da. Esta semana haremos algo para poder afrontar el próximo sábado dignamente el reto.

domingo, 27 de septiembre de 2009

Ataqué al pelotón

Después de la paliza de ayer y seguía con ganas de coger la bici. Salí con la flaca. No tenía intención de hacer muchos km pero todo dependería de como respondieran las piernas. Cerca de casa tomo café cuando salgo con la bici. Allí se reunen varios clubes para salir. Yo hoy salía solo.
Todos los telediarios, todas las páginas web de previsiones de tiempo daban agua y yo, como buen previsor cogí el chubasquero. No ha caido ni una gota y además hacía 30º. No han acertado ninguno y yo he cargado con el chubasquero para pasearlo.
Al llegar a una rotonda veo que un pelotón de ciclistas entra por mi derecha. Sin pretenderlo el pelotón me absorbe y me coloco en medio. Todos me miran raro y al poco tiempo aprietan para descolgarme. Eso me cabrea, al principio pienso en dejarlos marchar. Pero mi lado diablo me dice por que no les jodes y sigues dentro del pelotón, eran un 20 tíos. Y eso hago. Nunca antes había rodado en un pelotón con la flaca y se va bien. Es algo diferente a la de montaña, aquí es dejarte llevar. Por dentro me rio.
De nuevo sale el diablillo y me pregunto que pasará si ataco. Me acuerdo de las palabras de Perico Delgado cuando veo el Tour o la Vuelta: los ataques serios se hacen sin mirar atrás. Dicho y hecho. Bajo piñones y ataco. Al principio creo que quieren mantener mi rueda pero como no miré atrás no lo sé a ciencia cierta. Al llegar al repecho aprieto un poco más. Pienso que como ellos ataquen y me dejen atrás vaya ridículo que voy a hacer. No fue así. Los dejé atrás, hice la escapada de la jornada.
Me sonreía y me sentía tan a gusto que empecé a cantar la canción que sonaba en el ipod. Hoy la vi de Los Secretos. (sí, ya lo sé es antigua pero es de mi época).
Después del desayuno vuelta a casa. Al final 50 kilometritos, más que nada para soltar piernas.
P.D. Gracias Noe por tus ánimos y siento enormente lo de tu compañero. Yo sin conocerlo me he sentido triste al saber de su fallecimiento y las circunstancias, porque todos somos miembros del mismo pelotón.

sábado, 26 de septiembre de 2009

Trabajando el fondo

Hoy tocaba trabajar el fondo y que mejor forma que hacer una ruta larga. 100 km. Hacia tiempo que no hacia esa distancia. El día era agradable, estaba nublado pero la temperatura era ideal. Me fui hacia el camino de Santiago y hasta Guillena. Hoy he visto a muchos peregrinos que iniciaban el Camino, por lo menos 10. Ya en Guillena me encaminé hacia el Cordel de la Mujer para coger el camino restringido de la Ruta del Agua. Lo han reparado y han quitado la piedras que antes te hacian perder tracción, aunque ahora han puesto una arenilla con gravilla que en las curvas en bajada te la puedes pegar si entras rápido. De todos modos la reforma es una mejora. En la cantina me paré para desayunar. Nos juntamos unos cuantos ciclistas. Cuando retome la ruta, me entró la duda. Me volvía por la cuesta de la culebra, más corto, o cogía la cuesta del toro. Más largo y duro. Me decanté por la cuesta del Toro. Tiene una medía del 8% y en algunos tramos el cuenta marca hasta el 14. Hasta llegar al embalse de Castilblanco el terreno pica hacia arriba. Por mi parte me encuentro bien, no me ha pesado haber elegido la opción del camino más largo.
La bajada al embalse es un camino con muchas ondulaciones dejada por lo tractores y por el agua. Es un tramo corto, no más de 1 km pero el más terreno y la velocidad me dejan los brazos hechos polvos. Ahora toca la subida. Voy solo escuchando la música y pienso como ha cambiado mis sensaciones encima de la bici. Realmente necesita descanso o tal vez estaba sobreentrenando.
Al llegar a Castilblanco me pongo a la rueda de un ciclista. Creo que el camino termina en la carretera que te lleva a la trialera del Camino de Santiago. Menos mal que acierto por que si no ... Es la primera vez que la bajo sin necesidad de poner un pie en tierra. Además las puertas estaban todas abiertas. Adelante a tres grupos de biciclistas. La verdad es que bajé muy bien. (No tengo abuela jejeje). Cuando llegué al cruce del polígono, pensé encoger carretera pero de nuevo elegí bien. Tiré para Guillena por caminos para ya sí, tomar el camino de vuelta.
Al final me salió una ruta como yo prendedía. Me he alimentado bien, he bebido cada mejor y he llegado a casa un poco cansado, es lógico, pero con ganas de cogerla de nuevo mañana. Si no llueve.

martes, 22 de septiembre de 2009

Ciclo OUTdoor

Hoy no era el mejor día para salir. Después de visitar el WC en cinco ocasiones no era la mejor idea pero tenía mono de bici después de cuatro días. Mientras iba dando pedales se me ocurrio lo del ciclo Outdoor. Puse el Ipod en el modo aleatorio y cogía el ritmo de la canción. Si era marchosa y rápida la cadencia subía, si aparecia una balada la cadencia bajaba y recuperaba. Lo malo era cuando llegaban dos o tres canciones rápidas y encima una cuesta, me moría. Había veces que me era imposible seguir el ritmo. Había acabado de inventar el ciclo outdoor.
Llegando a casa me encontré con el chaval que conocimos el otro día en el depósito. Solo nos dío tiempo a saludarnos. Cuando he llegado a casa me he encontrado cansado pero contento, A pesar de las visitas al Sr. Roca he ido a un ritmo fuerte y además encontrándome bien. Creo que ahora por fin estoy cogiendo un pico de forma bueno y eso a poco de una carrera. Espero hacer por fin un buen papel.
Mañana más y mejor.

domingo, 20 de septiembre de 2009

Semana tranquila

La semana termina con solo 100 km. Después de la paliiza del fin de semana pasado el lunes solo hice un poco de spinning sin forzar nada. Solo rodar sin subir mucho el pulso. Tenía que recuperar. Además sentía un pinchazo en el abductor de la pierna izquierda. El martes no salí ni hice nada. Seguía con las molestias. El miércoles quedé con Jon. Los estábamos tocados y no fuimos muy rápido, aunque tampoco en plan Verano Azul, además el viento nos estaba dando una señora paliza. Las sensaciones fueron buenas. El jueves, era el último día de la semana que podía salir, de nuevo quedé con el colega. El viento pegaba más que el día anterior. Era como subir constantemente una cuesta. Cuando te lo encontrabas de frente, la mayoría de las veces en la ida, te frenaba de tal forma que te quitaba como mínimo 7 km de velocidad. Se sufría.
Cuando le veo aparecer viene con dos amigos más. Uno de ellos se estaba iniciando en este deporte y estrenaba bici. Los cuatro mosqueteros nos fuimos hacia los depósitos. Hoy me encontraba muy bien encima de la bici pero la verdad es que subí en el mismo tiempo que el día anterior. En la cima de la cuesta veo a Jon hablando con otro ciclista, al final se unió al grupo. De regreso a casa, en el cruce cada uno para su casa. El grupo de Jon, con los dos amigos, aún le quedaban uno 9-10 km, a mi y al ciclista que acabamos de conocer nos quedaban otros tanto. El no cedía y yo tampoco, la verdad es que ahora el viento te empujaba pero íbamos con la pandereta a toda pastilla. Marchábamos casi siempre por encima de los 30 km/h. Al final nos pedimos los teléfonos para quedar.
El fin de semana tocaba subir a Madrid. El sábado íbamos a ir a Festibike a ver las novedades. Desilusión. El año pasado creo que había más expositores y más gentes. Vi el cambio electrónico de Shimano montado en una Pinarello. Estaba la bici de contrareloj de uno de los hermanos Schleck, estaba en el stand de Specialized. Lo curioso era que estaba en un rincón y es que el stand era más pequeño que el del año pasado y estaba todo como amontonado. Probé la Epic. Una pasada a la que solo le cambiaría la horquilla por otra. No me gusta la que trae de Specilized, en cambio en sistema Brain del trasero si me gustó mucho. Una cosa para preocuparse es que Trek no estaba. ¿Peligra la 24Doce? Espero que no.
Y hablando de horquillas pregunte por la Sid, la mía una Reba, le queda poco tiempo de vida. Tiene las botellas gastadas y pierde algo de aceite. La Sid del 2010 tope de gama, la XX, es una pasada de 1.400 €. el bloqueo es hidráulico miuy suave y efectivo. Ya se le vio a Absalon montado en su bici. Yo me compraré la más Sid Team que se llama en castellano 600 €. Desde hoy empiezo a ahorrar, espero que la Reba aguante.
Esta semana sí habrá más cargas de entrenamiento. De vez en cuando viene bien descansar para después cogerla con más ganas.

domingo, 13 de septiembre de 2009

Sigo entrenando

Aunque no actualice el blog sigo entrenando. De hecho esta semana me han salido casi 250 km. No está mal. Lo que me pasa es que no tengo mucho tiempo y el poquito que tengo me dedico a leer los libros del sueco. El de el tío que no quería a las mujeres y las mataba, o algo parecido. Ya voy por el segundo. Pero hoy había que escribir.
El martes salí con la flaca, no puedo irme muy lejo porque ya oscurece antes, cada vez más antes. Me hice unos 50 km y bajé el tiempo de la útima vez en 5 minutos, pero lo mejor es que el pulso no se disparó. Descansé el miércoles y remoté los entrenos el jueves. Mismo camino, es que así controlo para que no me coja la noche, y otra alegría. Bajo el tiempo otro 5 minutos y la mejor noticia es que el pulso no se dispara. Son buenas noticias. Pero lo mejor de todo es que estoy disfrutando mucho encima de la bici, ya sea la flaca o la gordita
El sábado la salida fue con la gordita. La recogí el viernes del taller. La reparación fue gorda y cara. Pedalier y bielas, estaban pulidos; cojinetes del basculante, estaba como una piedra. Al final 150 €. Había que salir para probar las nuevas piezas. Todo estaba correcto y funcionaba perfectamente. Salí con Jon y entre conversación y pedales se no hizo corto la rutita. Nos salieron 80 km y, aunque el tío siempre me lleva dos o tres puntitos por encima, no iba sufriendo. Las sensaciones fueron muy buenas pero lo mejor de todo es lo bien que me lo paso encima de la bici. Hacía tiempo que no lo hacía.
Hoy domingo tenía pensado salir con la flaca solo para rodar y descargar la piernas. Al principio eso es lo que hice rodar y no subir mucho el pulso. La ruta que había elegido era un constate subir, no mucho desnivel pero siempre ascendiendo. Me sentía un poco cansado pero a medida que iba avanzando me empezaba a encontrar mejor y me ví con fuerzas para acelerar. Llevaba un buen ritmo con el que me sentía cómdo. Después de un gel, tengo la mala costumbre de no desayunar antes de salir, y un poco más tarde desayunar en condiciones toca volver. A lo lejos se ven negros nubarrones y decido volver. Ahora el terreno y el viento son favorables. Voy como una moto. A lo lejos veo a otro cilcista, decido ir a por el. Me cuesta un poco pero lo alcanzo. Sin recuperar lo adelanto, eso hace desenterrar el hacha de guerra. Se pone a mi rueda y en una bajada me adelanta él. Yo he cometido un error, de que he aprendido. Viene una pequeña subidita y tiro para dejarlo detrás. Lo consigo durante un buen tramo pero he gastado muchas energía en el intento que me pasa factura. El se pone a rueda y lentamente pero sin pausa me adelanta. Me saca 50 metros los suficiente para no llegar a alcanzarle. Siempre estaba ahí, al alzance de la mano pero no lograba cogerlo. Debería haberme quedado a rueda hasta recuperar y después realizar un último ataque. De los erroeres se aprende. Joder estoy hablando como si fuera un profesional.
Bueno resumiendo sigo entrenando, las sensaciones son muy buenas y los mejor de todo es que disfruto encima de la bici, ya sea una u otra. Y ahora me voy seguir leyendo el segundo libro del sueco: La tía que quería peqarle fuego con un mechero a no sé que.

domingo, 6 de septiembre de 2009

Saliditas cortas

Termina la semana y solo 150 km, repartidos en lunes, martes y jueves. Solo 50 km por día. El lunes cuando salí con la flaca me moría encima de la bici. Las pulsaciones se dispararon y cualquier tachuela era como subir un puerto de 1ª. Casi todo el tiempo estuve en la zona roja.

El martes, salida fue en compañía y aunque con Jon siempre voy con la lengua afuera, esta vez la zona roja no predominaba tanto. Ya había más zona naranja y verde. El miércoles decidí descansar y el jueves retomarlo con más energía. La tónica general de este día fue la misma que la del martes aunque con más calor. Salimos con 37º.
El fin de semana ni tocarla. Ya me lo tengo que tomar más en serio. Queda muy poco más de un mes para el siguiente reto, el 10 de Octubre en La Palma de Condado. Son 104 km en los que no quiero sufrir como en las últimas carreras unas por falta de entrenos y otras supongo que por exceso.
Esta semana tengo la sana y buena intención de hacer unos buenos entrenamientos y para el finde fondo en carretera. Espero cumplir con la expectativas.

martes, 25 de agosto de 2009

Toca ya mover el culo

Ya regresé y se acabarón la vacaciones de verano. De nuevo vuelta a los trabajos, el de la oficina y el de la bici. La verdad es que desde la Salzka no he hecho mucho, por no decir nada. Alguna que otra salida pero en plan Verano azul. Aquí en Sevilla y sobre todo en verano, no es el mejor sitio para entrenar. No se puede salir por el calor y todo es plano. Los puertos más cercanos los de la playa de Huelva, por que lo de montañas pillan un poco lejos.

He estado en el norte. Un poco por Cantabria, Asturias y Galicia. Me chocaba mucho ver por la mañana a ciclista con los manguitos puestos. Eso aquí, en pleno mes de agosto no se ve. La verdad es que yo iba con manga larga y jersey. Soy del sur. Pero si he de descatar algo que sí me ha impactado sobremanera, hablando de ciclismo, ha sido la subida a los Lagos de Covadonga. Es una subida dura de cojones, pero pienso que lo que más te puede machacar en un tramo donde ves lo que se te viene encima. Un tramo con un desnivel como mínimo del 15%. Me gusto mucho ese puerto y cuando llegas el paisaje fantástico.

La otra cosa que, bueno me pone la piel de gallina, es El Camino de Santiago. Es una espinita que tengo clavada y espero poder arrancarme algún día. Veía a los peregrinos cargados con sus mochilas, a ciclistas con las aljorjas, en solitario o en grupos y sentía envidia. El año que viene puede ser un buen año para intentarlo. Ya veremos.


Pero ya nos olvidamos de las vacaciones y empecemos a mover el culo que se está poniendo muy gordo. Ayer fui al gimnasio para hacer un poco de spining. Cuando miraba al gran espejo que hay en la sala no me reconocía. Daba pena. Creo que nunca he estado en peor estado de forma.

Hoy he salido con la bici de montaña, aunque en principio tenía pensado volver al gym. Más me hubiera valido por que se levantó un viento que no me dejaba avanzar y cuando venía de lado me desplazaba. Era como subir un puerto continuamente. Cuando me venía de frente las pulsaciones se disparaban. No he sido capaz de hacer más de 10 km. con estas condiciones. Me di la vuelta y mañana será otro día que espero sea más productivo que el de hoy.

viernes, 14 de agosto de 2009

Vuelvo la semana que viene


De nuevo me voy de vacaciones. Me quedaba una semana de verano y es un buen momento. Esta vez me olvido de la bici. Aunque cuando vaya viendo paisajes y senderos me acordaré de ella y me arrepentire no haberla traido. Bueno, así cuando vuelva la cogeré con más ganas. Además tengo que preparar la dos últimas carreras que me quedan este año, Partena y La Palma. Son las únicas oportunidades que tengo para hacer un papel mínimamente digno en alguna carrera este año, porque los demás ha sido de pena.
Lo dicho volvemos el día 24. Suerte y dad pedales.

lunes, 10 de agosto de 2009

Otro ataque del oso perezoso


La semana pasada la pasé en blanco. Entre el calor y las pocas ganas no toqué la bici ni pasé por el gym. Volví a sufrir un ataque de oso perezoso. Hoy lunes me propuse salir. No estaba muy convencido porque la próxima semana me vuelvo a ir de vacaciones y esa semana que voy a estar fuera tampoco la voy a tocar y todo lo que haga esta semana va a caer en saco roto. Pero salí. A las 7 pm aún hacía 37º pero esas temperaturas las soportos bien. Nada más salir veo que las pulsaciones se disparan. No bajan de 140. Pienso que es debido a la inactividad pero la verdad es que las sensaciones son pésima. Sigo intentando tirar pero me cuesta. Llego a la cuesta del depósito, es una cuesta de 1200 metros con un desnivel entre el 9 y el 10%, cuando llego arriba me paro por que tengo una sensación de mareo. Me asusto un poco. Al final echo la pota y me empiezo a encontrar mejor. Será que algo que comí me sentó como un tiro. Voy para casa y las pulsaciones son más normales. Las sensaciones cambian y ahora son mucho mejores pero de todos modos no quiero apretar.

Llego a casa bien. Una ducha reparadora, un poco de fruta para cenar y mañana ya veré si salgo o no.

domingo, 2 de agosto de 2009

Depresión posvacacional

Después del fiasco de la Salzka y de las vacaciones había que volver a la cruda realidad. Al trabajo. Al trabajo en la oficina y en la bici. Cuando el lunes entro en mi despacho y veo la mesa me deprimo. Cuando el miércoles salgo con la bici de carretera, a las 7:30 pm y me tengo que volver después de una hora porque en la calle hace 42º y es imposible. Me vuelvo a deprimir. Creo que claramente sufro una depresión posvacacional.
En cuanto a la bici, como ya he dicho salí el miércoles y era imposible. El aire era caliente y te quemaba al entrar en la garganta, el agua era sopa y costaba verdaderos esfuerzos dar pedales por lo que después de media hora intentándolo me di por vencido y gire para casa.
El sábado salí con la flaca. Aún me quedan dos carreras para octubre y he decidido hacer una pequeña pretemporada tomándemelo con calma. No quiero que me pase como este año que empecé muy temprano y en mayo ya estaba fundido.
Me salieron 95 km y con algo de desnivel, que por estos lares es difícil encontrar. En el km 40-45 tuve un bajón de narices. Solo me había tomado un café y estaba deseando llegar a El Ronquillo (es el nombre de un pueblo) para comer algo. Viendo que no llegaba el pueblo eché mano de un gel. Eso, la tostada y el aquarius hicieron el milagro. En la vuelta por el mismo camino iba como un tiro. Me encontré como nunca. Fui mejor que en la ida. La verdad es que termine muy contento y disfruté. No suele ocurrir cuando salgo con la flaca porque la asocio más a los entrenamientos. Pero me gustó mucho, hasta el extremo de plantearme participar en alguna carrera. Ya veremos.
Hoy domingo tocaba salir con la gordita. No tenía intención de esforzarme mucho, después de la paliza de ayer. Me encontré bien y la ruta que había elegido no tenía mucho desnivel, aunque si era muy rompepiernas. Al final me salieron 72 km. En los repechos tiraba a tope para hacer la ruta un pelín dura y en las bajadas soltaba las piernas. No ha estado mál. Cuando he llegado a casa una relajante ducha y a recuperarme de mi depresión posvacacional, que mañana es lunes.

lunes, 27 de julio de 2009

Salzkammergut Trophy 2009 - El infierno blanco

Ya estoy de vuelta. Se acabó lo bueno y sobreviví a la Salzka 2009, una verdadera odisea. Pero empecemos desde el principio. El mismo viernes salí para Madrid con 2 maletones, una con la bici y otra con la ropa. El sábado salíamos para Barcelona, pero antes teníamos que pasar por Zaragoza. Para mi la ciudad gafe. Me paró la Guardia Civil para cascarme un multita. El tío decía que el soporte de la bici tapaba la letra del país de la matrícula.



Está visto que no soy bien recibido en Zaragoza. Las dos veces que he pasado he tenido problemas. Llegamos a Barcelona para coger el barco hasta Livorno. Salía a las 0:00 horas del sábado y llegaba a las 20 horas del domingo, aunque realmente llegamos con 2 horas y medias de retraso. Aún teníamos que llegar a Florencia. Nos costó 3 horas recorrer 100 km. Un horror la carretera italiana. A las 2 de la mañana llegamos al hotel. Allí como es preceptivo vimos el David de Miguel Angel y dimos una vuelta por la ciudad viendo los edificios más representativos. No teníamos mucho tiempo, nuestro próximo destino Venecia. Allí estaríamos 2 días. De Venecia que decir que no se haya dicho ya. Bueno puedo decir algo que no se haya dicho. Gentes, gentes y más gentes y caro, caro, carísimo. Nos costaba más una coca-cola que una pizza. 4,50 € el vaso.


El miércoles llegamos a Bad Goisern. Lo que más me impresionó fue el verde y las montañas. Todo estaba verde intenso y las montañas eran majestuosas. Es unn pueblo pequeñito y encantador que nos recibía con una tormenta muy respetable, pero sin frío. Era un aviso de lo que nos espera el día de la carrera. La casa que alquilamos era realmente espectacular. Fuimos al super y nos costó Dios y ayuda hacer la compra. Todo estaba en alemán y comprar cualquier producto era como jugar a la lotería. No salió del todo mal, salvo dos cosillas acertamos en todo.





El jueves salimos a visitar Salzburgo y yo mientras tanto sin tocar la bici. Por la mañana hacía un calor considerable y por la tarde llovía. Pensaba que este calor me vendría bien para la carrera. El viernes decidí salir a dar una vuelta para rodar un poco la piernas antes de palizón que me esperaba en sábado y además llevaba 11 días que no hacía nada. Cuando regresé fuimos a recoger el dorsal. El ambiente que se respiraba era de auténtico ciclismo. En la calle principal estaban montando un escenario en una carpa que está montada permanentemente, el arco de salida y mucho expositores.




Había que esperar hasta las 13:00 para recoger los dorsales por lo que decidimos comer y después de la siesta acercarnos. Sobre la 17:00 nos acercamos al instituto donde se recogían los dorsales. Como era perceptivo desde que llegamos tambien empezó a llover pero esta vez era diferente. Al agua, que eran gotas como monedas de 2 €, se le unió el viento. Tiró más de un stand. En un momento nos pusimos chorreando. Entramos en el instituto, estaba abarrotado de gente resguardándose de la lluvia. Recojo el dorsal y allí coindido con Jeús y Almudena, también de Sevilla. Da alegría encontrarse a alguien de tu tierra cuando estás lejos de ella. Almudena no corría, pero le estaba pesando no haberse inscrito. Me confiensan que están alli gracias a Noe, la de La cabra siempre tira al monte, Leyeron su crónica en el blog y se enamoraron de la carrera. (Noe vas a tener que pedir comisión).

Miro la bolsa para ver el dorsal personalizado, el chip y una colección de productos Powerbar. Afuera sigue lloviendo y no tiene pinta de escampar. Nos despedimos y nos marchamos para la casa. Nos pusimos pingueando y además la temperatura bajó mucho grados. Eso no pintaba bien para el día de la carrera. Recibo un mensaje de mi compi. Suerte y pedales. Gracias compi, me hizo mucha ilusión.

Y llegó el gran día. Durante toda la noche no ha dejado de llover. Me levanto a las 7:00 para comerme un plato de pasta, que no me entra pero me obligo, un plato de cerales que me dieron en la bolsa del dorsal y un yogur. Me visto de romano sin muchas ganas. Hace frio y sigue lloviendo. No me gusta empezar una carrera empapado pero no me he desplazado tan lejos para quedarme en la cama. Al llegar al cajón de salida no hay mucha gente. Todos están resguardándose de la lluvia y es que sigue lloviendo con fuerza. De nuevo coincido con Jesús que se está poniendo un maillot de invierno. Yo voy solo con unos manguitos y un chusbasquero. Llega la hora de la salida y con puntualidad británica salen. Digo salen porque me lo vuelvo a pensar. Ya estoy tiritando y aún no he empezado a dar pedales. Decido salir, ya que estamos aquí. Me meto en el pelotón y para mi empieza la carrera.

Decido tomármelo con calma. Me van adelantando pero no me importa, la carrera es larga y hay que dosificar. Nada más salir se empieza a subir. El pelotón se empieza alargar, es el momento de apretar un poco. Me siguen adelantando pero ya son menos y yo también empiezo a adelantar. Me siento bien y las sensaciones son buenas pero siguen lloviendo y mucho frío. Seguimos subiendo y para lo que está cayendo el terreno no está muy enfangado. Sigo adelantando a gentes y ya no me adelantan tantos. Sigue la subida. Para empezar no está mal que te metan 12 km de subida. No para de llover y cada vez tengo más frío. Las manos no me responden y es que no las siento. Y empieza a nevar. Lo que me faltaba. En la bajada el frío hace mella y en el primer tramo de bajada lo aguanto como puedo y adelanto a bastantes que están saltandos para entrar en calor. Quiero frenar y no puedo. No tengo sensibilidad en las manos y como puedo paro. En el dorsal tengo dos dedos de nieve. Ahora el que se tiene que parar soy yo. Quiero hacer una foto del paisaje pero no puedo. No me respondían los dedos. Quiero hacer pis y no tengo forma de bajarme el culote. Me empiezo a preocupar. Monto de nuevo en la bici para continuar con la bajada. Los tiritones me hacían mover el manillar. Ahora llega una trialera que ya es un río. Hay que bajarla a pata y el agua nos llega hasta el tobillo.


Tenía que llegar antes de la 13:00 al primer control, pero me daba igual quería terminar con aquel sufrimiento. Me dolía la cabeza, las manos eran como si me las hubieran cortado y los pies ... pues tampoco tenía pies, ni pies, ni muslos ni ná. Estaba deseando que se acabaran las bajadas. Por primera vez en mi vida me daba alegría ver una cuesta por pequeña que fuera. Me comentan que incluso granizó, menos mal que solo me cogió la nieve. La foto no engaña. La he cogido de la web de la carrera porque como he dicho yo no pude hacer ninguna.

Llego a los rápidos de Lauffen, cruzo el puente y una alemana de 2 metros me dice: finish, finish. Me quedo blanco. No puede ser. Aunque quería terminar con el sufrimiento, en el fondo no había llegado a Austria para hacer poco más de 33 km. Pensaba que no había pasado el control horario. La alemana de dice que si sigo la carretera durante 20 km llego a Bad Goisern. Sigo las indicaciones de la carrera y al final me salen en vez de los 20 que me dice la alemana, 40 más. Por un lado merece la pena porque lo paisajes son espectaculares pero el frio también lo es. No puedo subir piñones, ni platos. Los dedos no me responden. Ha dejado de llover pero la temperatura no sube y yo sigo tiritando y mojado. Un grupo se pone detrás de mi y los cabritos no me dan ni un solo relevo.

Estoy enfadado conmingo porque pienso que no he pasado el corte, pero la cuentas no me salen y pienso hacer una reclamación cuando llegue a España. De todos modos voy triste porque pienso que he fracasado. La alegría me la da mi niña. Está en la meta esperándome con la bandera de España. Se me saltan las lágrimas de felicidad, la pobre ha pasado más frio que yo mientras esperaba.

Me acerco y le doy un beso que me hace entrar en calor. Uff. Ella me intenta consolar, yo pensaba que me habían descalificado. Vamos a la casa andando, está muy cerca de la meta y doy una ducha. Que alivio volver a sentir calorcito y para la cena una sopita calentita que me supo a gloria.


El martes nos despedimos de Bad Goisern con la intención de volver el año que viene para saldar la cuenta que a quedado pendiente. Iniciamos el regreso a casa, pasando antes por Fussen para ver el castillo del Rey Loco. El miércoles dormimos en Innsbruck, y el jueves en Pisa. El viernes cogimos de nuevo el barco de regreso y de nuevo llegamos con retraso, menos que en la ida. Ya solo nos quedaba Barcelona-Madrid y a mi el domingo un Ave para Sevilla.

En Sevilla entro en la web de la carrera para ver la clasificación a sabienda de que yo aparecería con las iniciales QSD (descalificado). Pero me llevo la sorpresa del siglo. No me habían descalificado, habían suspendidos la carrera. Y yo pensando todo el tiempo que no había llegado a tiempo al control.

La dieron por finalizado en el km 33, pero es curioso en el km 22 de carrera iba en el puesto 805, en el 33 en el 587 y al final terminé en el 581. No es para tirar cohetes pero es mejor que estar descalificado y el mal sabor de boca desapareció aunque no las ganas de volver a hacerla. Lo más problable es que volvamos a encontrarnos para una lucha cara a cara contra el terreno y no contra la climatología extrema.

A mi amor darles las gracias por apoyarme en todas mis locuras y por esperar en meta para darme el mejor de los trofeos. Sus besos.

jueves, 9 de julio de 2009

Me voy de vacaciones !!!!!


Pues eso después de un duro año de trabajo en la oficina, de seis maratones y muchas horas de entrenamiento. ME VOY DE VACACIONES. El 27 ya estaré de vuelta y contaré, si es que regreso, la carrera de Austria. Paseremos los días entre Italia y Austria.

Mañana nada más salga de la oficina me voy para Madrid más cargado que la burra del tío Nicolás. La maleta de la bici, la de ropa, la mochila y las bolsas de las ruedas. No sé como voy a llegar a la estación. Pero no me importa porque ME VOY DE VACACIONES.
Hasta la vuelta.

domingo, 5 de julio de 2009

Biciclista kamikaze

Desde San Agustin no volví a coger la bici hasta ayer sábado. No es que estuviera cansado de las 24 horas (no hice mucho) pero es que hay un calor que era imposible hacer cualquier tipo de deporte. Hoy tenía que salir con vista a sufrir lo menos posible en la Salzka. Salí temprano, a las 8am y ya el termómetro marcaba 28º. Me encaminé a la cuesta de la culebra. Es una ruta rompepiernas pero poco más. Aquí en Sevilla para entrenar las subidas tienes que coger el coche. Me encontré bien, siempre hablando dentro de mis límites, quien no estaba bien es la bici. Ya me adviertieron en el taller el cambio tenía bastante holgura. Efectivamente el cambio me dio algún que otro problema. No me puedo arriegar a que se rompa en Austria. Mañana tendré que llevar de nuevo la bici para el cambio.
Al final el lorenzo daba caña pero una vez subida la culebra ya todo era para abajo. Al final me salieron 78 km. Lo más agotador fue la última hora, podía hacer 44º más o menos aunque no lo llevé mal.
Hoy domingo salí con Jon con la de carretera. Tiene la bici de montaña en el taller. La horquilla Lefty pierde aceite. Al principio salimos con la intención de rodar pero a medida que avanzábamos nos encontrabamos mejor y apretamos. Quizo investigar una carretera y terminamos en la Autopista A49 no metimos. Iba acojonado. Aún tengo dudas de si un ciclista puede ir por autopista, él dice que sí. Para colmo era subida y en un trozo no había arcén por estar en obras. Jodido, jodido. Un cabrón, no me pude quedar con la matrícula, nos echo el coche encima adredes y pasó a menos de 20 cm. Cuando vi la salida de la autopista no besé el suelo como el Papa porque se me escapaba el compi que si no lo beso. Lo pasé realmente muy tenso y con las pulsaciones a tope y no por la cuesta que estaba subiendo.
Ya de vuelta bajamos un poco el ritmo de marcha y fuimos comentando la odisea del tramo suicida y sobre la próxima carrera en Austria, que ya no queda nada. Es el 18. Yo ya tengo un pronostico para este reto. Sufrimiento y dolor. Hoy me salieron otros 74 km. La semana que viene tengo que salir al menos 3 días porque el viernes a las 3 de la tarde empiezan mis vacaciones

lunes, 29 de junio de 2009

24Doce. Para mi solo 10 horas

Nunca había corrido una carrera de 24 horas, pero me picaba la curiosidad desde que tuve noticias de esta carrera. Un año porque me parecía una locura, otro por miedo y este año ... pues la curiosidad mató al gato.

Llego a Madrid el viernes con el maletón de la bici y mi niña me recoge, desde luego tiene el cielo ganado conmigo. El sábado salimos sobre la 9:30 de la mañana y llegamos temprano a San Agustín para recoger el dorsal y montar la tienda. Tenía reservado un espacio para una carpa pero cargar con la bici y la carpa desde Sevilla hubiera sido un locura o misión imposible. Tenemos preparado el tinglado y los trámites burocráticos ya solo queda vestirme de romano. Me coloco en la salida 15 minutos antes. Me coloco al lado de una chica y leo en su casco Noe. Anda coño si es la del blog, la de La Cabra siempre tira al monte. Nos saludamos. Es un encanto de persona y mejor ciclista. Se da la salida y a la primera pedalada encuentro la bici rara. No sabía que era pero la notaba muy sensible de dirección. Iba inseguro y además me costaba avanzar. Se me enciende la bombilla y hay que estar gili.... no he apretado bien la dirección. Y para colmo voy pinchado. Buena forma de empezar. Termina la primera vuelta y allí está mi entrenadora personal. Fue a la tienda para traerme la llave, mientras yo cambiaba la rueda.

Empiezo la segunda vuelta. Bueno esto parece otra cosa. Ahora si es mi bici, antes parecía que me la hubieran prestado. Antes de llegar a las escaleras, donde estaba el banco de arena por lo que parecía un cauce de un río seco, se me va la bici de la rueda delantera y me pego la hostia. No me hice ningún daño y me levanté lo más rápido posible para no entorpecer a los que vinieran detrás. Me vuelto a montar y la cadena se rompe. Hay una foto donde se me ve con la cadena en la mano. No sé cuando se rompio. Si antes de la caída, durante o después pero me tuve que hacer el resto del camino a patas. Le había dejado las herramientas a mi querida entrenadora. Esto marco el resto de la carrera. Ya me lo tomé con calma. Llegó a meta y mientras me la reparan decidimos irnos a almorzar al bar.

Dos horas duro el almuerzo. Eran las cuatro de la tarde y solo había dado dos vueltas. Recogí la bici para dar la que sería la tercera. Iba con calma y precaución. No tenía prisa. Hoy mientras escribo esto me he dado cuenta de que no he hecho dos vueltas seguida. Hacía una vuelta llenaba el bidón, comía algo y hablaba con cualquiera, me volvía a montar en la bici y dar otra vuelta. Así me salían vueltas de 46 minutos. Tampoco es que estuviera mucho tiempo parado, entre 5 y 10 minutos. Al finalizar la 4ª vuelta le sugiero a mi entrenadora que deberíamos ir al super a comprar algo de fruta. Aparco la bici y para el super.

Doy otra vuelta y ya llevo 5. Eran las 9 de la noche y había que poner las luces, buen momento para cenar. Cuando nos damos cuenta son cerca de las 11:30 y a mi me entra un sueño que no puedo. Me pregunta si voy a coger la bici y digo que voy a dormir. Le doy la mayor alegría. No le hacia mucha gracia que saliera de noche aunque por falta de luces no iba a ser.

Termino el sábado con 5 vueltas en 5:20. No es nada. Pongo el despertador a las 4 de la mañana, pero me arrepiento y lo cambio a las 6. Y aún tenía dudas. Me costo trabajo coger el sueño y es que era la primera vez que dormía en una tienda de camping. Sonó el despertador y lo apagué para seguir durmiendo pero una vocecilla me decía: Tío has venido a correr no a dormir.

Me levanté sin hacer mucho ruido y me empecé a vestir otra vez de romano. La bici la había dejado en la zona de relevos y cuando llegue tenía dos dedos de polvo. Sobre la 6:30 empecé a rodar al principio tenía un poco de frío. Pensé que en la primera subida ya entraría en calor y la verdad es que empecé a encontrarme bien. Mejor que el sábado, al menos con más ganas. Eso si no daba dos vueltas seguida, era superior a mis fuerzas. Me paraba llenaba el bidón, comía y hablaba. Esa no es una mala táctica. Fueron 4 horas de pedaleo y al final el total de vueltas fueron 13.

Cuando salí de Madrid pensé en no volver a hacer esta carrera, me aburre mucho correr siempre por el mismo sitio, vuelta tras vuelta, pero hoy, ahora mientras escribo esto, me doy cuenta de que no me he esforzado y que podía haber hecho mucho más de lo que hice. Me encontraba bien y de no ser por el percance de la cadena tal vez hubieran sido más vueltas. Tambien tengo claro que la infraestructura que llevaba era mínima y para el año que viene nos lo tenemos que plantear de forma diferente. Una autocaravana sería genial.
Ahora estoy arrepentido de no haberme esforzado más y para quitarme la espinita tendré que volver el año que viene. Allí nos veremos.