Si vences a muchos eres el mejor, pero si te vences a ti mismo eres poderoso

lunes, 27 de julio de 2009

Salzkammergut Trophy 2009 - El infierno blanco

Ya estoy de vuelta. Se acabó lo bueno y sobreviví a la Salzka 2009, una verdadera odisea. Pero empecemos desde el principio. El mismo viernes salí para Madrid con 2 maletones, una con la bici y otra con la ropa. El sábado salíamos para Barcelona, pero antes teníamos que pasar por Zaragoza. Para mi la ciudad gafe. Me paró la Guardia Civil para cascarme un multita. El tío decía que el soporte de la bici tapaba la letra del país de la matrícula.



Está visto que no soy bien recibido en Zaragoza. Las dos veces que he pasado he tenido problemas. Llegamos a Barcelona para coger el barco hasta Livorno. Salía a las 0:00 horas del sábado y llegaba a las 20 horas del domingo, aunque realmente llegamos con 2 horas y medias de retraso. Aún teníamos que llegar a Florencia. Nos costó 3 horas recorrer 100 km. Un horror la carretera italiana. A las 2 de la mañana llegamos al hotel. Allí como es preceptivo vimos el David de Miguel Angel y dimos una vuelta por la ciudad viendo los edificios más representativos. No teníamos mucho tiempo, nuestro próximo destino Venecia. Allí estaríamos 2 días. De Venecia que decir que no se haya dicho ya. Bueno puedo decir algo que no se haya dicho. Gentes, gentes y más gentes y caro, caro, carísimo. Nos costaba más una coca-cola que una pizza. 4,50 € el vaso.


El miércoles llegamos a Bad Goisern. Lo que más me impresionó fue el verde y las montañas. Todo estaba verde intenso y las montañas eran majestuosas. Es unn pueblo pequeñito y encantador que nos recibía con una tormenta muy respetable, pero sin frío. Era un aviso de lo que nos espera el día de la carrera. La casa que alquilamos era realmente espectacular. Fuimos al super y nos costó Dios y ayuda hacer la compra. Todo estaba en alemán y comprar cualquier producto era como jugar a la lotería. No salió del todo mal, salvo dos cosillas acertamos en todo.





El jueves salimos a visitar Salzburgo y yo mientras tanto sin tocar la bici. Por la mañana hacía un calor considerable y por la tarde llovía. Pensaba que este calor me vendría bien para la carrera. El viernes decidí salir a dar una vuelta para rodar un poco la piernas antes de palizón que me esperaba en sábado y además llevaba 11 días que no hacía nada. Cuando regresé fuimos a recoger el dorsal. El ambiente que se respiraba era de auténtico ciclismo. En la calle principal estaban montando un escenario en una carpa que está montada permanentemente, el arco de salida y mucho expositores.




Había que esperar hasta las 13:00 para recoger los dorsales por lo que decidimos comer y después de la siesta acercarnos. Sobre la 17:00 nos acercamos al instituto donde se recogían los dorsales. Como era perceptivo desde que llegamos tambien empezó a llover pero esta vez era diferente. Al agua, que eran gotas como monedas de 2 €, se le unió el viento. Tiró más de un stand. En un momento nos pusimos chorreando. Entramos en el instituto, estaba abarrotado de gente resguardándose de la lluvia. Recojo el dorsal y allí coindido con Jeús y Almudena, también de Sevilla. Da alegría encontrarse a alguien de tu tierra cuando estás lejos de ella. Almudena no corría, pero le estaba pesando no haberse inscrito. Me confiensan que están alli gracias a Noe, la de La cabra siempre tira al monte, Leyeron su crónica en el blog y se enamoraron de la carrera. (Noe vas a tener que pedir comisión).

Miro la bolsa para ver el dorsal personalizado, el chip y una colección de productos Powerbar. Afuera sigue lloviendo y no tiene pinta de escampar. Nos despedimos y nos marchamos para la casa. Nos pusimos pingueando y además la temperatura bajó mucho grados. Eso no pintaba bien para el día de la carrera. Recibo un mensaje de mi compi. Suerte y pedales. Gracias compi, me hizo mucha ilusión.

Y llegó el gran día. Durante toda la noche no ha dejado de llover. Me levanto a las 7:00 para comerme un plato de pasta, que no me entra pero me obligo, un plato de cerales que me dieron en la bolsa del dorsal y un yogur. Me visto de romano sin muchas ganas. Hace frio y sigue lloviendo. No me gusta empezar una carrera empapado pero no me he desplazado tan lejos para quedarme en la cama. Al llegar al cajón de salida no hay mucha gente. Todos están resguardándose de la lluvia y es que sigue lloviendo con fuerza. De nuevo coincido con Jesús que se está poniendo un maillot de invierno. Yo voy solo con unos manguitos y un chusbasquero. Llega la hora de la salida y con puntualidad británica salen. Digo salen porque me lo vuelvo a pensar. Ya estoy tiritando y aún no he empezado a dar pedales. Decido salir, ya que estamos aquí. Me meto en el pelotón y para mi empieza la carrera.

Decido tomármelo con calma. Me van adelantando pero no me importa, la carrera es larga y hay que dosificar. Nada más salir se empieza a subir. El pelotón se empieza alargar, es el momento de apretar un poco. Me siguen adelantando pero ya son menos y yo también empiezo a adelantar. Me siento bien y las sensaciones son buenas pero siguen lloviendo y mucho frío. Seguimos subiendo y para lo que está cayendo el terreno no está muy enfangado. Sigo adelantando a gentes y ya no me adelantan tantos. Sigue la subida. Para empezar no está mal que te metan 12 km de subida. No para de llover y cada vez tengo más frío. Las manos no me responden y es que no las siento. Y empieza a nevar. Lo que me faltaba. En la bajada el frío hace mella y en el primer tramo de bajada lo aguanto como puedo y adelanto a bastantes que están saltandos para entrar en calor. Quiero frenar y no puedo. No tengo sensibilidad en las manos y como puedo paro. En el dorsal tengo dos dedos de nieve. Ahora el que se tiene que parar soy yo. Quiero hacer una foto del paisaje pero no puedo. No me respondían los dedos. Quiero hacer pis y no tengo forma de bajarme el culote. Me empiezo a preocupar. Monto de nuevo en la bici para continuar con la bajada. Los tiritones me hacían mover el manillar. Ahora llega una trialera que ya es un río. Hay que bajarla a pata y el agua nos llega hasta el tobillo.


Tenía que llegar antes de la 13:00 al primer control, pero me daba igual quería terminar con aquel sufrimiento. Me dolía la cabeza, las manos eran como si me las hubieran cortado y los pies ... pues tampoco tenía pies, ni pies, ni muslos ni ná. Estaba deseando que se acabaran las bajadas. Por primera vez en mi vida me daba alegría ver una cuesta por pequeña que fuera. Me comentan que incluso granizó, menos mal que solo me cogió la nieve. La foto no engaña. La he cogido de la web de la carrera porque como he dicho yo no pude hacer ninguna.

Llego a los rápidos de Lauffen, cruzo el puente y una alemana de 2 metros me dice: finish, finish. Me quedo blanco. No puede ser. Aunque quería terminar con el sufrimiento, en el fondo no había llegado a Austria para hacer poco más de 33 km. Pensaba que no había pasado el control horario. La alemana de dice que si sigo la carretera durante 20 km llego a Bad Goisern. Sigo las indicaciones de la carrera y al final me salen en vez de los 20 que me dice la alemana, 40 más. Por un lado merece la pena porque lo paisajes son espectaculares pero el frio también lo es. No puedo subir piñones, ni platos. Los dedos no me responden. Ha dejado de llover pero la temperatura no sube y yo sigo tiritando y mojado. Un grupo se pone detrás de mi y los cabritos no me dan ni un solo relevo.

Estoy enfadado conmingo porque pienso que no he pasado el corte, pero la cuentas no me salen y pienso hacer una reclamación cuando llegue a España. De todos modos voy triste porque pienso que he fracasado. La alegría me la da mi niña. Está en la meta esperándome con la bandera de España. Se me saltan las lágrimas de felicidad, la pobre ha pasado más frio que yo mientras esperaba.

Me acerco y le doy un beso que me hace entrar en calor. Uff. Ella me intenta consolar, yo pensaba que me habían descalificado. Vamos a la casa andando, está muy cerca de la meta y doy una ducha. Que alivio volver a sentir calorcito y para la cena una sopita calentita que me supo a gloria.


El martes nos despedimos de Bad Goisern con la intención de volver el año que viene para saldar la cuenta que a quedado pendiente. Iniciamos el regreso a casa, pasando antes por Fussen para ver el castillo del Rey Loco. El miércoles dormimos en Innsbruck, y el jueves en Pisa. El viernes cogimos de nuevo el barco de regreso y de nuevo llegamos con retraso, menos que en la ida. Ya solo nos quedaba Barcelona-Madrid y a mi el domingo un Ave para Sevilla.

En Sevilla entro en la web de la carrera para ver la clasificación a sabienda de que yo aparecería con las iniciales QSD (descalificado). Pero me llevo la sorpresa del siglo. No me habían descalificado, habían suspendidos la carrera. Y yo pensando todo el tiempo que no había llegado a tiempo al control.

La dieron por finalizado en el km 33, pero es curioso en el km 22 de carrera iba en el puesto 805, en el 33 en el 587 y al final terminé en el 581. No es para tirar cohetes pero es mejor que estar descalificado y el mal sabor de boca desapareció aunque no las ganas de volver a hacerla. Lo más problable es que volvamos a encontrarnos para una lucha cara a cara contra el terreno y no contra la climatología extrema.

A mi amor darles las gracias por apoyarme en todas mis locuras y por esperar en meta para darme el mejor de los trofeos. Sus besos.

jueves, 9 de julio de 2009

Me voy de vacaciones !!!!!


Pues eso después de un duro año de trabajo en la oficina, de seis maratones y muchas horas de entrenamiento. ME VOY DE VACACIONES. El 27 ya estaré de vuelta y contaré, si es que regreso, la carrera de Austria. Paseremos los días entre Italia y Austria.

Mañana nada más salga de la oficina me voy para Madrid más cargado que la burra del tío Nicolás. La maleta de la bici, la de ropa, la mochila y las bolsas de las ruedas. No sé como voy a llegar a la estación. Pero no me importa porque ME VOY DE VACACIONES.
Hasta la vuelta.

domingo, 5 de julio de 2009

Biciclista kamikaze

Desde San Agustin no volví a coger la bici hasta ayer sábado. No es que estuviera cansado de las 24 horas (no hice mucho) pero es que hay un calor que era imposible hacer cualquier tipo de deporte. Hoy tenía que salir con vista a sufrir lo menos posible en la Salzka. Salí temprano, a las 8am y ya el termómetro marcaba 28º. Me encaminé a la cuesta de la culebra. Es una ruta rompepiernas pero poco más. Aquí en Sevilla para entrenar las subidas tienes que coger el coche. Me encontré bien, siempre hablando dentro de mis límites, quien no estaba bien es la bici. Ya me adviertieron en el taller el cambio tenía bastante holgura. Efectivamente el cambio me dio algún que otro problema. No me puedo arriegar a que se rompa en Austria. Mañana tendré que llevar de nuevo la bici para el cambio.
Al final el lorenzo daba caña pero una vez subida la culebra ya todo era para abajo. Al final me salieron 78 km. Lo más agotador fue la última hora, podía hacer 44º más o menos aunque no lo llevé mal.
Hoy domingo salí con Jon con la de carretera. Tiene la bici de montaña en el taller. La horquilla Lefty pierde aceite. Al principio salimos con la intención de rodar pero a medida que avanzábamos nos encontrabamos mejor y apretamos. Quizo investigar una carretera y terminamos en la Autopista A49 no metimos. Iba acojonado. Aún tengo dudas de si un ciclista puede ir por autopista, él dice que sí. Para colmo era subida y en un trozo no había arcén por estar en obras. Jodido, jodido. Un cabrón, no me pude quedar con la matrícula, nos echo el coche encima adredes y pasó a menos de 20 cm. Cuando vi la salida de la autopista no besé el suelo como el Papa porque se me escapaba el compi que si no lo beso. Lo pasé realmente muy tenso y con las pulsaciones a tope y no por la cuesta que estaba subiendo.
Ya de vuelta bajamos un poco el ritmo de marcha y fuimos comentando la odisea del tramo suicida y sobre la próxima carrera en Austria, que ya no queda nada. Es el 18. Yo ya tengo un pronostico para este reto. Sufrimiento y dolor. Hoy me salieron otros 74 km. La semana que viene tengo que salir al menos 3 días porque el viernes a las 3 de la tarde empiezan mis vacaciones