En la salida no hay más de 300 personas. Es una carrera dura y la gente se no acude en masa. Se da la salida controlada por las calles del pueblo. Ya en la afueras del pueblo se da la salida real y se lanza la carrera. Mis dos temores iniciales era pasar los dos controles. Uno en el km 25 y otro en el 46 y los dos los pase bien o por lo menos los pasé. Más me hubiera valido no pasar uno de los dos y así evitarme el sufrimiento. Llega el km 25 y empieza la primera subida importante. No lo subo mal. Son 5 km duro pero tengo que darme prisa para llegar al siguiente control antes del cierre. En el km 46 está el segundo avituallamiento. Tomo naranjas y aquarius y sigo con la marcha. Al poco me encuentro con un fuerte descenso, aunque los descensos en Valverde requieren un capítulo aparte. Unas de las dificultades que se dan en esta carrera, independientemente de las subida, es que en los descensos no puedes recuperar. Terminas igual o más cansados que subiendo. Es agotador.
Toca subir para después bajar el famoso cortafuego, desde hace algunos kilómetros voy junto a un ciclista de CC Monge. Se llama Jesús. En las bajadas me dejaba y en las subidas le pillaba. Cuando empezaba la subida me lo encuentro en el suelo. Se le habían montado los músculos. Le di una pastilla de BCAA, que después yo eché de menos. Me pidió que siguiera y como se quedaba con el motociclista que cerraba la carrera decidí seguir mi camino. El cortafuego como era de esperar lo bajé pateando. Me paro en el avituallamiento que hay abajo y esperé a Jesús. Cuando estaba a punto de irme lo vi aparecer en el inicio de la bajada. Iba por el km 60 y llevaba 4 horas y medias. Llegaba la subida que me mató, después me enteré que se llamaba Peñas Blancas. Ahora tocaba subir al que llaman el Anglirú. En esta edición no me quedó más remedio que patearla. Estaba muerto pero mi único objetivo era terminarla. Superado este escollo ya solo queda uno. Estoy en el kilómetro 87. Cruzo un riachuelo. No sé si es el mismo pero he perdido la cuentas de las veces que me he mojado lo pies. Hubo un vadeo en el que me llegó el agua hasta la rodilla. Ya todo me daba igual, solo quería llegar.
Miro el cuenta y está anclado en el km 89,9. Lo miro, lo vuelvo a mirar y los kilómetros no avanzan. Se ha quedado bloqueado. No sé cuanto me queda para llegar y estoy realmente reventado. No me lo pienso. Veo un coche de la organización y decido abandonar. Me dice que solo quedan 6 km para llegar, pero es tal el agotamiento que me da igual. Como si hubieran sido 500 metros.
Ya en el pueblo, mientras me comía un bocata, se formó una tertulia muy agradable con la gente de la organización. Cada uno contando sus batallitas ciclistas. Muy agradable.
En cuanto a la ruta de PM. Bien todo. Bien señalizada, bien los avituallamientos, bien el paisaje, bien la dureza, bien todo. Una carrera muy recomendable. Así da gusto.
Y en cuanto a mi … me hace replantearme todo. Este año no tiro. Por un motivo o por otro no termino ninguna carrera, me cuesta un tremendo esfuerzo levantarme para ir a correr. El año pasado sin ir más lejos terminé todo lo que me propuse y este año en cambio me las veo y me las deseo. Eso me hace reflexionar y tal vez necesite un descanso. He decidido tomármelo con calma. Solo voy a hacer la carrera que ya tengo pagada. Me quedaré con el Soplao, la 24Doce, Partena y La Palma del Condado. Esta será el resto de mi temporada.