Si vences a muchos eres el mejor, pero si te vences a ti mismo eres poderoso

lunes, 26 de julio de 2010

Joe, que caló

El sábado disfrutamos de una rutita simpática, aunque con mucho calor. Al principio habíamos quedado Pepe, Pablo y yo. Temprano para evitar el calor. Mientras esperaba a que llegasen me abordó otro ciclista. Era Salva. Nos conocemos de coincidir en la ruta de los depósitos. Me saludó y ante la perspectiva de que su compañero lo había dejado tirado preguntó si podía unirse al grupo. Al final, poco antes de salir llegó el amigo de Salva. Al final seríamos 5.

Pepe y Pablo, pero sobre todo Pablo, están fuertes. Están preparando el Desafío del Buda. Yo les advertí que llevaba 10 días sin hacer nada y además que me acompañaban 4 kilos más. De nada sirvió. Desde el principio se tiro fuerte. Los primero 15 km hasta llegar a Alcalá del Río era por carretera y llanos. No bajamos de 30 km/h. Entramos en camino y prácticamente seguíamos igual. No tenían miramientos con un pobre gordito como yo :-)

Llegamos a la subida que no dejaba en Castilblanco. Hay cada uno la subió a su ritmo. Yo llegué el último y además con diferencia. No había escogido la mejor ruta viendo el estado de forma que tenía. En Castilblanco para técnica para desayunar. En la ruta inicialmente prevista, aún quedan dos subidas importantes. Consensuadamente decidimos cambiarla y hacer el camino de vuelta por la trialera del Camino de Santiago. El calor estaba apretando de lo lindo y no era muy inteligente hacerla más larga sin correr el riesgo de tener algún percance por las altas temperaturas.
La bajada estaba muy rota. Pepe tuvo que poner dos veces las manos en el suelo. La rueda trasera se le fue. No hubo ninguna consecuencia y continuamos por carretera hasta llegar a Sevilla. En ese camino pasamos un rato agradable Pablo y yo hablando de lo divino y humano, contándonos nuestros problemas, inquietudes, alegrías o penas. Casi sin darnos cuenta llegamos al destino. A Pablo y Pepe aún le quedaban casi 20 km. hasta llegar a su casa. Salva, su amigo y yo terminamos con casi 80, ellos casi 120.
El domingo solo tenía intención de rodar un poco con la flaca por eso me levanté algo más tarde de lo recomendable. No tenía intención de hacer muchos kms pero me empecé a encontrar bien a medida que caían. Decidí continuar hasta la Venta El Alto a unos 35 km de casa. Un aquarius y vuelta que el calor apretaba de lo lindo. Al entrar en Sevilla el termómetro marcaba 41º y solo era la 1 y media. Una ducha refrescante y la satisfacción de un fin de semana muy agradable, aunque muy pero que muy caluroso.

viernes, 23 de julio de 2010

Una minis vacaciones

Ya estoy de regreso de las minis vacaciones de Julio, a la espera de coger dos semanas en Agosto. Llegué el domingo 18.

Me, nos apetecía, no hacer nada. Tomar unas vacaciones de vago, de esas que estás todo el día tirado en la tumbona y lo único que cambia es el decorado. Unas veces piscina y otras playa. Hacía años que no disfrutaba de unas vacaciones de este tipo.
Como anécdota tengo que contar el primer día que bajo a la piscina y se notaba de una forma exagerada las marcas del maillot y cullote. Todos se quedaban mirando. A principio sentía verguenza, que después se transformó en orgullo. Orgullo de ser ciclista, aunque sea globero.


Pues bien todo este relax me ha traído un pesado regalito. Cuatro kilos. Cuando me marché lo hice con 77 y he llegado con 81. La verdad sea dicha comía como un cerdito.

El martes 20 cuando me cogí la bici, después de 10 días sin tocarla, notaba esos kilos de más como si llevara un saco de cemento. No me preocupa en exceso el sobrepeso. Igual que los he cogido los soltaré. Ya voy por 79.

Lo mejor de todo es que estas minis vacaciones me han sentado de p.m.

Mañana sábado toca una rutita larga para empezar a coger tono y terminar de perder los kilitos que me quedan y esperando ansioso disfrutar de las 2 semanas de agosto.

domingo, 4 de julio de 2010

He conocido a mi angel de la guarda

Sigo con mi dinámica de pinchazos. Ayer sábado salimos con la de carretera. Cogimos un camino llano. 106 km y solo 150 da+ pero lo que pretendíamos era rodar a un ritmo constante. Salimos a las 8:30 para evitar las horas de calor y la verdad es que la jugada nos salió perfecta por que cuando entro en Sevilla el termómetro marcaba 44º.

Más que la velocidad íbamos controlando el pulso, lo que pretendíamos era coger fondo y entre charla, risas y algún que otro silencio llegamos a Las Cabezas de San Juan. Desayunamos y Jon siguió había quedado con su mujer en un punto. Yo por mi parte me volví para casa y si me resultó agradable el camino de ida, igual de gratificante me resulto el de vuelta en soledad. Llegué a casa contento primero por no haber pinchazo y segundo porque se consiguió el objetivo marcado.
Hoy domingo todo ha sido muy diferente, aunque por unos metros me acompañó mi ángel de la guarda. Empiezo desde el principio. Salgo como ayer. Temprano. Hay que evitar el calor. La ruta de hoy en solitario era de unos 120 km con algo de desnivel. Me encontraba bien y llevaba un buen ritmo. Alcanzo a un grupo y los adelantos sin problemas. Eran jubilados que más que de ruta iban de excursión, no nos equivoquemos. Unos 20 km después por una carretera rompe piernas veo a otro grupo. Decido alcanzarlos. Estos eran más o menos de mi edad. Los alcanzo y despierto las hostilidades, todos se ponen detrás de mi. Solo dos resisten me sentí bien. Me paro para desayunar y ahora tengo que decidir si tiro para el Castillo de las Guardas para los 120 km. o giro a la izquierda para volver a casa. Decido coger la ruta larga. Anduve unos 500 metros y me arrepiento. Lo mejor será volver a casa. Cojo la recta de Aznalcollar. Son 15 km. Nada más empezar la recta siento como un disparo. La rueda trasera está reventada y estoy a 40 km de casa. Cambio la cámara y a medida que la voy llenando va saliendo un huevo que no pinta nada bien. De pronto llega otro ciclista. Se para y me dice que eso tiene mala pinta pero que puede hacer una chapuza. Mientras yo termino de montar la rueda, él con la cámara pinchada hace una tira para atarla al huevo y pueda seguir. Lo consigue y reemprendemos la marcha, lógicamente más lento y además sin poder tocar el freno trasero. Él se queda un poco rezagado y cuando miro para atrás ya no le veo. En una recta cómo puede desaparecer una persona. Por error toco un poco el freno y el invento se afloja. Me paro y no sé de donde salió. Me preguntó y entre los dos lo dejamos más o menos en condiciones. Él siguió su camino hasta que desapareció. Desde aquí un millón de gracias. El invento estaba funcionado pero después de tantos kilómetros estaba perdiendo eficacia. Me paro en una gasolinera y pido cinta aislante. A falta de cinta me deja zelo. De los 40 que me quedan ya tenía recorrido 25. Me quedaban 18 km hasta el destino. Solo pude hacer 8 más. En Camas (es un pueblo) se me soltó el invento y se reventó la cámara. No me quedaba más remedio que patear hasta casa. La hora que era, cerca de las 14 horas, no era plan de llamar a nadie. Bueno no tenía muchas opciones pero es que casi todos estaban fueran de Sevilla.
Resignado a patear hasta llegar a casa paso por un bar donde había un grupo de ciclistas tomando unas cervezas. Les saludos y me preguntan que qué me pasa. Les cuentos la odisea. Uno se ofrece a dejarme cámara y cubierta, y otro se ofrece a acercarme a casa. Mejor la segunda opción. Me tomo una coca-cola con ellos y me deja en a 200 metros de casa. Él vivía cerca de casa. Me salvó la vida.
Espero que la suerte empiece a cambiar.