Si vences a muchos eres el mejor, pero si te vences a ti mismo eres poderoso

domingo, 25 de enero de 2009

HAY QUE ESTAR LOCO O SER CICLISTA

¿Qué nos ocurre a los ciclistas? ¿Qué nos lleva a martirizar nuestro cuerpo? ¿Que nos lleva a levantarnos con frio o calor, con lluvia o viento y coger la bicicleta? No se sabe pero lo hacemos.

Teníamos previsto subir al Puerto de Las Palomas desde El Bosque, bajar y volver por el mismo sitio, por lo que realmente subíamos dos puertos El Boyar y Las Palomas por las dos caras. Las previsiones meteorológicas no eran nada halagüeñas, de hecho daban un 98% de posibilidad de mojarnos y si estamos hablando de la zona de Grazalema, la más lluviosa de España, pues blanco y en tetra brik: agua segura. Teníamos la esperanza de que se cumpliera el 2% restante. Hay que ser iluso.

Pues bien, me levanté a las 7 de la mañana. Jon, mi amigo, me llamó para ver que decisión tomábamos. Ya que estábamos preparados nos vamos. A él le sobró tiempo para seguirme. Nos quedaban 100 Km. A las 10 ya estábamos dando pedales después de un buen desayuno. Subí a mi ritmo. Jon sube bastante mejor que yo y me esperaba en los descanso. Eso le pasa por salir con un globero. Iba subiendo con un poco de sufrimiento pero más o menos bien. Música y pedales, son 20 km. y después de bajar Las Palomas, subir otros 14 km. por lo que mejor ir dosificando. Hacía viento, pero era llevadero y al menos no llovía

A medida que íbamos llegando a la cumbre la niebla nos iba cubriendo. Nos faltaba apenas un kilómetro para hacer cima, pero el viento arriba era muy violento. Jon estaba preparándose para la bajada y me dijo que lo coronara. Quería que sintiera el viento. Casi me tira, de hecho empujaba tan fuerte que ya con el pie en el suelo casi me tira. Era una locura continuar, mejor volvernos.

Todo fue iniciar el descenso y empezar a llover, cada vez con más fuerza. No se veía a cinco metros. Las gotas se clavaban como alfileres, el frio te calaba todos los huesos. Teníamos que ir frenando continuamente porque era muy peligroso. Al final ni la ropa de agua era suficiente, se me empapó hasta los escarpines que eran de neopreno. Llevaba los pies helados. La verdad es que lo pasamos muy mal. La única decisión inteligente que tomamos fue regresar.

Cuando llegamos al sitio donde habíamos dejado el coche, delante de un restaurante, estábamos tiritando de frío. Cogimos ropa seca y nos cambiamos en el servicio, después un buen café acompañado de un bocata de jamón al lado de la chimenea. Era la recompesa a tanto sufrimiento en la bajada.

Frecuencia Media: 143 ppm - Distancia 39,5 - Velocidad Media 14,8 km/h - Cadencia Media 62





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