Si vences a muchos eres el mejor, pero si te vences a ti mismo eres poderoso

domingo, 12 de diciembre de 2010

Mucho ratón para poco gato

Después del resfriado, llega el mal tiempo a lo que hay que sumar la falta de tiempo y da como resultado casi tres semana sin hacer prácticamente nada. Este fin de semana el buen tiempo acompañaba pero el sábado no pude salir, se abrían las inscripciones para Ronda. Este año no fue tan caótico como en la última edición celebrada, la del 2009, pero sí me costó un poco más de 3 horas delante de la pantalla del ordenador. Sacrifiqué la salida por conseguir el deseado dorsal.

Ahora a entrenar para rebajar el tiempo, que la última vez fue un desastre por eso de fondo suena esta música, la de Rocky.


Hoy domingo con la vista puesta en el día 7 de Mayo salí con la flaca después de tanta agua no era plan de llegar rebozado en fango. El destino elegido fue demasiado ambicioso y no lo pude completar pero aún así me salieron 105 km de bastante calidad. Me faltaban unos 14 km para llegar al destino, El Alamo, pero no había desayunado ni llevaba nada encima, el día se estaba poniendo cada vez más negro y para colmo empezaba a sentir calambres. Visto el panorama mejor era darse la vuelta que aún me quedaba la mitad de lo andado.

En Aznalcollar paré para retomar fuerza con un buen desayuno, aunque ya era mediodía, y ya directo para casa. La verdad es que llegué bastante cansado a casa y es que después de 3 semanas sin hacer nada, la ruta era demasiado ratón para tan poco gato que espero se convierta en león para el mes de mayo 2011.

domingo, 21 de noviembre de 2010

Senderismo, bici y resfriado

Aunque hoy he salido en bici me voy a remontar a mediados de octubre. Mi mujer y yo decidimos probar en la actividad del senderismo. Para nuestra primera experiencia elegimos ir al Chorro en la Granja de San Ildefonso. Fue una ruta dura, en los primeros 5 km ascendimos 500 metros da+, pero nos gustó. Al final nos salieron casi 10 kms que disfrutamos mucho, tanto que repetiríamos la experiencia.
Hacía un frio del ...

Parecen catedrales


El sábado de la semana pasada el reto fue mayor y más duro. Las hoces del río Duratón. Fueron 21,5 km. prácticamente sin desnivel, pero la dureza residía en la longitud. Nos habíamos propuesto llevar un ritmo rápido y constante. Así lo hicimos hasta el kilómetro 15. Los restantes 6 se nos hicieron un poco largo pero disfrutamos de esta ruta de senderismo. Caminar entre buitres, con un suelo cubierto de hojas que el otoño ha depositado, con el sonido del río… y la compañía, la mejor que pudiera tener: mi mujer. Ya estamos preparando la siguiente.








En cuanto a la bici el pasado jueves cogí un enfriamiento y el viernes ya empecé a encontrarme mal. El sábado no salí. Al mal cuerpo tenía que añadir que no dejaba de llover. Se me hizo un sábado eterno. Hacía años que no me quedaba en casa sin salir en todo el día. El domingo estaba que me subía por las paredes. El día era soleado y a las 8:30 ya me estaba vistiendo de romano. Me abrigué para no empeorar el resfriado y a la calle con la de carretera, no era plan de llegar rebozado en barro.
Al principio el objetivo era hacer más kilómetros de los que hice, pero es que a medida que avanzaba veía que mi cuerpo no estaba para grandes derroches. De los 120 km pensados iniciales, los acorté a 80 y viendo lo piltrafilla que estaba los dejé en 50. Lo único bueno es que de tan abrigado como iba me hizo sudar de lo lindo y ahora por la tarde me encuentro algo mejor, por lo menos puedo respirar y no como el sábado.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Miércoles a la luna. Sábado en solitario, domíngo en compañía de ... caníbales

Los miércoles a la luna.
Como solución a poder coger la bici entre semana solo me queda el remedio de poner el foco. No me gusta salir solo en la oscuridad y me acompañó en esta aventura mi amigo Pepe. Fue una experiencia muy agradable. Los sentidos están siempre en alerta, la vista escrudiña la oscuridad y las pendientes no las ves pero si las sientes en las piernas. Un camino que has recorrido cientos de veces, en la noche es diferente. No se parece en nada. Fue una experiencia agradable que muy probablemente repitamos más de un miércoles.
Sábado

El sábado me apetecía una ruta larga. Hacía tiempo que quería tomar la carretera desde Aznalcollar a Castillo de las Guardas. Una carretera solitaria y estrecha en plena Sierra Norte de Sevilla con castaños y alcornoques a ambos lados. Siempre va picando para arriba. Son 28 km con una pendiente suave pero que te va minando para la vuelta. Cuando llegué a Castillo de las Guardas me paré en un bar para tomar una tostada. Se me acercó un lindo gatito. Maulló pidiendo comida. Miré dentro del bar y la dueña no me veía. Cogí la lata de paté y empecé a echarle. Los dos hicimos un buen desayuno. Ya de vuelta a casa seguía manteniendo el ritmo pero me sentía cansado y con el estómago vacío. No llevaba nada de comer y los 40 últimos kilómetros se me hicieron durillos. Al final 120 km que me resultaron muy agradables.
Domingo
Hoy tocaba salida con los compis y la gorda. Advertí de mi salida de ayer para que no apretaran. Iluso de mi. Desde el primer se fue rápido y yo me sentía las piernas pesadas. Me tengo que acostumbrar a hacer estiramientos cuando me sale una ruta larga, pero no hay forma. Tengo que tomarlo como rutina.
Iba sufriendo todo el tiempo y en las subidas de los repechos, y que había bastantes, me quedaba algo rezagado con respecto al grupo. Paramos en Gerena a desayunar y de vuelta para casa por el mismo camino. Llegué a casa más cansado que ayer, estos 70 km me resultaron duros. Sobre todo los de la vuelta. Ni el doping de la tostada me hizo efecto pero eso es lo que pasa cuando sales con caníbales.

domingo, 24 de octubre de 2010

Más liao que un deo malo

Liado como un dedo malo. Así estoy yo. Un mes sin actualizar el blog y no ha sido por que no hubiera nada que contar, es que me faltaban hora del día. Después de Paterna he seguido entrenando aunque, como oscurece ante no me queda otra que ir al gym, he cambiado el cuadro de la BTT, reventé el grupo de la rueda trasera, estamos creando un nuevo club, tengo una nueva casa que me está amargando la existencia, tengo un estrés en la oficina que no consigo superar pero por lo demás todo va bien.

Pero empecemos por el principio. Desde hace tiempo estoy pensando en comprar una bici para los fin de semana que estoy en Madrid, las 2 bici (carretera y montaña) las tengo en Sevilla. Por fin se me presentó una oportunidad de comprar un cuando Trek Fuel 8 del 2008 sin estrenar. Era de esos de garantía. No me lo pensé y este es el resultado.


Salvo las bielas que son nuevas todo lo demás procede de la antigua y a la antigua le podré todo lo que tenía cuando la compre. Ahora solo queda montarla y dejarla en Madrid.

La rueda trasera, esa que me regaló mi niña, petó el grupo. Sonaba como si arañaras una pizarra con las uñas. Era desgarrador el chirrido que hacía. Un casquillo interior lo había cortado como si hubiera usado una sierra y aunque estaba en garantía ya se sabe en estos casos: que si no se mantenido correctamente, que si se la ha dado un uso competitivo, que si … te lo tienes que pagar tú.
Este fin de semana he salido con el grupo. La idea era hacer una ruta por Aznalcollar, al final hemos pasado por la zona pero no hemos hecho la ruta prevista. Jon tenía que estar a las 12:30 en su casa y vaya si estuvimos. Íbamos como locomotoras hasta que Chino y yo no quedamos. Para terminar solo teníamos que superar una cuestecita de 1,5 km con tramos al 18%. En la esquina de su casa nos despedimos, Chino, Pepe y yo seguimos un poco más, después todos nos separamos y cada uno para su casa. Al final llegué a casa con 92 km.
Hoy domingo he salido con la flaca. Después de la salida de ayer no tenía intención de hacer muchos kms pero me empecé a encontrar bien y seguí y seguí y al final llegué a casa con otra kilometrada en las piernas. Fueron 79 km. A falta de 20 km de llegar a casa empecé a sentir hambre, solo tenía media tostada y un café en el estómago. No veía la hora de llegar y temía que Mesie Mazó me visitase. Llegué bien antes de la temida visita pero con un hambre canina.
Se acabó el domingo ciclista, contento por haber hecho dos buenos entrenos.

domingo, 26 de septiembre de 2010

X Paterna - Campeonato de España Maratón BTT

Después de una semana con dudas de si podría ir a Paterna, vencí los impedimentos y lo conseguí. Empiezo la semana con el primer problema. Lunes, el coche no arranca. Lógico después de cinco meses sin tocarlo. El problema es leve solo cuestión de batería. Solucionado. Segundo problema y este algo más complicado. El grupo de la rueda trasera estaba jodido. Cuando salí el lunes ya hacía un ruido de carañaca, pero el martes era insoportable. Esta fueron la ruedas que me regaló mi mujer y aún están en garantía. Era imposible que las tuviera para el sábado. No me quedó más remedio que preparar una Bontrage viejas que tenía. Hasta el jueves no lo tuve todo preparado.

Llega el sábado y suena el despertador a la 6:30. No tengo ganas de dejar la cama, le robo 10 minutitos más. Después de 2 yogures y un tazón de cereales cojo camino para Paterna. Iba con el tiempo justo pero me daba igual, si salía de los últimos tampoco pasaba nada. Llego al puente del Alamillo y hay un control de policía. Me empiezo a poner nervioso y me lamento por esos 10 minutos de más en la cama. Paso el control e intento recuperar el tiempo perdido. Son las 8:15, no me da tiempo de desayunar, la carrera empieza a la 8:30. Me voy al cajón sin desayunar. Como estoy federado me meten en el primer cajón. Allí me encuentro con Jesús de CC Monge. Fue mi compañero de fatiga en Valverde. Nos reímos un rato recordando anécdotas de esa carrera.


Dos minutos después de la hora fijada se inicia la carrera. Yo me empiezo a plantear si hacía la larga o la corta. Depende de cómo esté cuando llegue al desvío decido, me digo. Si pincho abandono, eso lo tengo claro. Con esa mentalidad no iba a ir muy lejos.

Al salir de pueblo empieza una bajada donde todos van a saco. No quiero perder muchas posiciones pero cuando miro el pulsómetro y veo 203 ppm me acojonó. No sé si eran mías tantas pulsaciones o era un acople de otro pero me asusté un poco y decidí levantar el pie y dejarme llevar. En ese momento he decidido hacer la ruta corta.

Al abandonar el asfalto y entrar en la tierra comienza un sube baja, pero siempre con tendencia a subir. No hay descanso. No sé si antes de empezar la primera subida me llaman la atención. Me pregunta si soy el del blog. Le contesto que sí y pongo cara de bobo por no saber quien era él. La verdad que no soy muy buen fisionomista. Era Juan Carlos Carrillo del blog JcXC. Perdóname por no haberte reconocido. Estuvimos hablando un rato de nuestros pésimos estados de forma hasta que se interpone otro ciclista entre los dos y ya no le puedo alcanzar.

Voy tranquilo no queriendo subir mucho el pulso, cuando veo el cartel “Cuesta de los Machos 2 km. Pendiente 8%”. Era el km. 20. Me encontraba mal. Recuerdo la cuesta con una pendiente muy continuada. Tuve un bajón importante. Tenía clarísimo que solo haría la corta. Me paré en el avituallamiento del km 36. Una botella de agua fresca, un aquarius, dos naranjas, un plátano y de que llegaban unos kilómetros suaves obraron el milagro. Al montarme de nuevo en la bici y empezar a dar pedales las sensaciones eran otras.

Llego al km 41 y se empieza la cuesta de Los Bolos. Son casi 4 km al 6%. Voy subiendo bien y de nuevo paro en el siguiente avituallamiento. Después del esfuerzo me supo a gloria el zumo de melocotón fresquito. El calor ya empezaba a pegar. Después del pequeño descanso llega la decisión más importante del día. Derecha o izquierda. Seré gilipo… al final tiré para la izquierda la ruta larga. Ahora llega lo duro de verdad. La palabra clave es Mortirolo. Hay tramos de hasta el 15%. Después viene un tramo técnico y para subir de nuevo el puñetero Mortirolo. Me encuentro una primera rampa que me pilla por sorpresa y la tengo que patear. Y para rematar se sube el Mortirolo por otro lado. Al principio eran rampas suaves pero se va endureciendo hasta el extremo de llegar a una pendiente media del 12%. Todo lo que sube baja y ahora toca bajar. Es un descenso jodido de piedras sueltas que se hace un poco peligroso. Ya estaba casi todo hecho. Solo quedaba superar la cuesta del Pinguete. Donde el último tramo tiene una pendiente de 19%. Matador cuando llevas 90 km en las piernas.

Cuando entré en meta me sentí satisfecho, por fin este año terminaba una carrera y además sin incidentes. Después de haber subido cuestas al 23, bajado del 35%, de empezar la carrera con 18º y terminarla cuando hacía 39º. Después de haberme caído de espalda (gracias al camelback que hizo de airbag) y sentir un pinchazo en el abductor en la caída, me sentí feliz. Había perdido esa ilusión por terminar una carrera y creo que la he recuperado. Lástima que sea la última de la temporada.

martes, 21 de septiembre de 2010

Mucho ciclismo y poco pedales

Has sido un fin de semana muy ciclista, aunque no he dado una sola pedalada en toda la semana.


El viernes tocaba ir a Madrid y que mejor que ver el final de etapa de la Vuelta en la Bola de Mundo. Tenía otra opción en el Festibike, pero no me defraudó ir a ver la Vuelta. Ahora eso sí, pasé más frío que un perrito chico. No se me ocurre mejor indumentaria que ir con pantalón corto. Joder que frío pasé, pero todo se me olvidó cuando llego Mosquera. En mi vida había gritado tanto. Como disfruté pero ahora teníamos que volver al coche y estaba a 15 km del puerto. Para subir lo hicimos en un autobús que puso la organización de la Vuelta, pero para bajar cada cual se buscó la vida. Yo paré a un coche al estilo Guardia Civil. Me puse delante con la mano en alto. Desde aquí le reitero las gracias.


Hasta ahora cada fin de semana que iba a Madrid me lo tenía que pasar en blanco, ciclistamente hablando, ahora me he comprado un cuadro que pasará a ser la bici en Sevilla y el antiguo me lo llevaré a Madrid una vez esté montado. Así no volveré a pasar esos fin de semanas en blanco.


miércoles, 15 de septiembre de 2010

Un gran paseo en solitario

Por fin después de estar sin internet todo el fin de semana, gracias a los 50 megas de Ono, bueno en mi caso le faltaba el 5 de los 50, por fin cuelgo la crónica de mi última salida.

Al final decidí no correr en el Desafío de Buda. Todos los colegas tiraron para Torre del Mar y yo me quedé en Sevilla. Las salidas este fin de semana serían en solitario. Para el sábado tenía previsto coger la carretera del Castillo de las Guardas, pasando antes por Gerena y Aznalcollar y salir como muy tarde a las 8:30. Puse el despertador pero se me liaron las sábanas y no había forma de abandonar la cama. Y mira que lo intenté. Al final salí una hora más tarde de lo previsto.
Después de un buen desayuno empiezo a dar pedales en solitario. Se espera un día caluroso. Me siento bien y aún el calor no aprieta. Hacía tiempo que no cogía la flaquita y la cogí con ganas. Al llegar a Aznalcollar tomo la carretera comarcal 4401 que termina en El Castillo de las Guardas. La carretera es estrecha, con un continuo rompe piernas siempre picando para arriba. No se escuchaba nada, daba gusto pedalear pero eran las 11:30 y no quería llegar a casa más tarde de las 13:30. Me quedé a 18 km del Castillo de las Guardas. No me quedó más remedio que dar la vuelta y otro día que salga más temprano hacer la ruta completa. En el momento de dar la vuelta pasa un ciclista le saludo y el tío ni mira. Iba aprovechando una bajada para con la inercia subir el repechito que venía. Me jodió que ni tan siquiera me mirara. Se creería que era un alcornoque de los muchos que había.


Me di la vuelta para volver a casa y veía como se alejaba el ciclista maleducado. De pronto mi diablillo personal se me apareció a mi lado y me dijo:
- Ve a por él.
- Y si no lo alcanzo?. Me lleva 300 ó 400 metros.
- Inténtalo.
Sonreí. Y por qué no?

Y a ello me puse. Metí la pandereta e inicié la persecución. Al principio no tenía mucha fe en que lo conseguiría pero tenía 10 km para intentarlo. Al principio cuando empecé en esto de la bici me fijaba en la bici del otro. Si era buena, si el equipamiento era bueno pensaba que el tío era bueno. Si era malo, pues pensaba que el tío era malo. Graso error por que algunos ciclistas malos me han dado más de un palo. Ahora me fijo en los gemelos. Es más fiable. Bueno a lo que iba. Empecé a apretar. Cada vez lo veía más cerca pero en una bajada algo más larga se fue de nuevo. Yo no soy muy bueno bajando. No me desanimé y de nuevo a empezar. Me costó casi 7 km darle alcance. Me puse a su rueda para recuperar un poco. El tío me miró. Sabía quien era. El alcornoque rojo (por el color de la bici). No tengo mucha paciencia, así que no aguanté mucho tiempo detrás de él. A la primera oportunidad, en el primer repecho, me puse delante. Mientras lo hacía le dije “Hola, cómo lo llevas. No era de los ciclistas malos. Tenía buena bici y buenos gemelos. El tío de se pega a mi rueda y a mi me cuesta despegarlo después del calentón de la persecución. De nuevo intenta adelantarme. Era como si la meta estuviera en Aznalcollar, donde terminaba la carretera. Decido echar el resto. O lo dejo atrás o lo hace él pero de cualquiera de las formas me habré divertido. No consiguió adelantarme y llegué primero.


En la gasolinera que hay en la salida del pueblo me paré en una gasolinera para tomar un aquarius y llenar los bidones. Ya hacía 40º. Ya solo me quedaban unos 15 km hasta llegar a la cuesta de Las Doblas y desde allí todo descenso para llegar a casa. Al final 15 minutos más tarde de lo que tenía previsto y con 102 km en la piernas.

El domingo de nuevo me entró la pereza. Quería salir pero por otro lado quería quedarme en la cama. Me llama Pablo creyendo que estaba en el cajón de salida del Desafío del Buda y eso es lo que me abandonar la cama. Hacía calor y decidí no hacer muchos kilómetros. 50 serían suficientes y en medio un buen desayuno en Olivares.

Ya en casa, después de una gratificante ducha y una buena comilona solo queda ver como La Vuelta llega a Los Lagos.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Tras las vacaciones toca trabajar el doble

El sábado 27 preparamos una rutita por Cala. Había que levantarse temprano por el calor. Se esperaba que cayera fuego, como así fue. Tocaba levantarse a las 7:30 de la mañana para empezar a dar pedales no más tarde de las 8:30. Jon y yo nos paramos a desayunar antes de que llegaran los otros 3, Pablo, Pepe y Jose. Después de un buen desayuno nos planteamos iniciar la ruta desde donde estaba aparcado el coche, en la Venta del Alto, pero nos suponía 10 km más y el tiempo nos apremiaba. Lo pensamos mejor y nos fuimos al punto de partida previsto. Los otro 3 aún estaban de camino. Aparcamos el coche y empezamos a prepararnos, queríamos salir antes de las 9. No tardaron en llegar. Jose aparca un poco más arriba, no hay mucho sitio para aparcar, y cuando baja con Pablo pinchan. Está todo el camino lleno de púas de unos matorrales. Pinchan las dos ruedas. Menos mal que Pablo llevaba tubeless por que si no nos quedamos sin cámaras. Con una cámara salimos los cinco. Rezábamos por no pinchar.

En cuanto a mis sensaciones iba siempre con la lengua fuera. Después del parón vacacional no estaba para muchas alegrías. Siempre me quedaba el último en las subidas. Teníamos intención de subir la cuesta de las culebras 2 veces, pero para mi salvación y gracias a los pinchazos no nos daba tiempo. De vuelta al coche y para casa que el Lorenzo empezaba a calentar.
El domingo de nuevo salida. Esta vez solo con Jon, bueno sin ser invitado también vino el tío del mazo. No teníamos en mente hacer muchos kilómetros. No más de 50. Hicimos 3 series subiendo a los depósitos para regresar se me ocurrió sugerir el sitio más largo. 17 km bajo un sol de justicia para buscar una cuesta de poco más de un km pero con un desnivel del 19-20%. Además el terreno estaba roto con tierra suelta, piedras como puños. Iba muriendome y me termino de matar. A Jon le quedaba unos 10 km para llegar a su casa a mi me quedaban el doble. No me quedo más remedio que hacer una parada técnica en su casa para tomar un gel, un isotónico y agua. Llegué a casa cerca de las 2 de la tarde. Aún no estoy preparado para una paliza de 85 km.
El lunes tocaba descanso y el martes me apetecía una salida con la flaca. Ya las sensaciones eran otras. No para tirar cohete pero mejor y la sensación de fatiga ya no era como la de los días anteriores. También ayudaba la bajada de temperatura. El martes de nuevo otra salida y dos subidas a los depósitos. Aquí sí que vi una mejoría en la subida y en la salida en general. De todos modos tengo dudas de si participar el próximo día 12 en el Desafío del Buda en Torre del Mar.
En cuanto a la contrareloj de la Vuelta una pasada. No me dio tiempo de ver nada por que pasaban como misiles. Disfruté muchísimo tanto que seguramente vaya a ver la etapa de la Bola del Mundo.Ahí seguro que irán más despacio.

viernes, 27 de agosto de 2010

Ya estoy aquí

He llegado de las vacaciones el domingo pasado. En estos quince días no he tocado nada parecido a una bici. Cierto es que en algunas ocasiones si que he lamentado no traerla. Estuve una semana en Asturias, cerca de Llanes, y veía los caminos, las cuestas y me comía las uñas. Pero bueno si me comí los mocos en Asturias, también me los comí en el País Vasco donde estuve la otra semana. La subida al monte Igeldo me encantó y eso que la hice en coche, en bici hubiera sido la leche.
Llego a Sevilla y su recibimiento fue un abrazo caluroso, muy caluroso. Acostumbrado a máximas de 25º en el norte, llegar aquí y sufrir los 40º fue duro pero incluso con este fuego tenía decidido salir a rodar. Ja, ja me río. Salgo de casa y a lo 5 km pinchazo. Reparo y vuelta para casa. La salida tendrá que esperar al martes. Hacía un calor insoportable. No exagero pero el aire que entraba en los pulmones era tan caliente que lo notaba como me recorría el interior. Así y todo salí.

Las sensaciones no fueron nada buenas, por otra parte no podía ser de otra forma. Durante el regreso si empecé a encontrarme mejor y las sensaciones fueron otras, aunque el pulso iba por las nubes. Lógico después de un parón de 20 días.

Ya de regreso de nuevo lo mismo del día anterior. Otro pinchazo. No me lo podía creer. El lunes revisé la rueda entera, llanta, gomas, radios, todo y no había nada. Simplemente es mala suerte. Desde el día 1 de Mayo hasta hoy han sido 13 pinchazos entre las dos bici. Purita mala suerte nada más. Voy a tener que cambiar mi bici por la de Pedro Picapiedra.
El resto de la semana era imposible salir cuando aún a las 8:30 de la noche los termómetros marca 40º.
Para este fin de semana se plantea un finde ciclista 100%. Primero rutita el sábado y por la noche, la contrareloj nocturna de La Vuelta. Espero no pinchar.

domingo, 1 de agosto de 2010

De alerta roja, a alerta amarilla

Que difícil es salir a entrenar con estas calores. De lunes a viernes solo tuve la valentía de salir el martes. Hay que tener mucha fuerza de voluntad y mucho valor para salir con más de 40º. Salí en compañía con Pepe y su hermano, durante la ruta se unió otro ciclista, y se sorprendieron de mi rendimiento ese día. Era incapaz de mantener ninguna de las ruedas que me ofrecían. No sé si era el calor o cualquier otra cosa. La verdad es que me asuste por que no era normal tal bajada de rendimiento. Pensé en hacerme un análisis de sangre para buscar alguna anomalía. Quizás por eso no salí en toda la semana hasta el sábado.

Llegó el sábado y había quedado con Pepe. Él a su vez venía con su amigo Jose. Decidimos coger al que llamamos camino amarillo y llegar hasta la Cantina, en la Ruta del Agua. Allí habíamos quedado con Pablo. Nos reunimos el grupo de Pablo y nosotros. Mientras reponíamos fuerzas disfrutamos de una buena tertulia. Casi media hora de agradable charla. Llegó la hora de reemprender la marcha. Subir la cuesta de la culebra y una vez abajo decidir que camino coger. Jose, el amigo de Pepe, empezó a sentir calambres en la subida por lo que no nos quedo más remedio que coger el camino más corto y llano.

Camino de Guillena, en uno de los rompe piernas que vimos que Jose estaba en el suelo. Nos acercamos corriendo y era un señor calambre. El pobre lo estaba pasado mal. Le ayudamos a estirar y una vez de nuevo en a bici nos adaptamos a su ritmo. Él lo estaba pasando mal por los calambres y por el retraso que estaba ocasionando. El sol ya empezaba a pegar de lo lindo y los calambres iban a más. Iba verdaderamente jodido. Al llegar a Santiponce cogimos por carretera. A mitad de la recta me despedí de ellos. Ya en Camas, es un pueblo, más quisiera estar en la cama, no le quedó más remedio que llamar a su mujer para que le recogiera. Estaba acribillado a calambrazos. Al final nos salieron, al menos a mi, 92 kilometritos que con el calor que hacía no estaba mal.
Hoy hacía el mismo calor y como se me quedo enredadas la almohada, me levanté a las 9. Mientras desayune y me vestí de romano eran las diez de la mañana. No era cuestión de hacer una ruta larga. Con la flaca me hice 40 km para soltar las piernas.
Estoy contento por que el sábado me encontré bien. No eran en absoluto las sensaciones del martes pasado. Eran muy diferentes. Contento y con fuerza, pero es cierto que el martes me hundí en la miseria por eso hoy la alegría.

lunes, 26 de julio de 2010

Joe, que caló

El sábado disfrutamos de una rutita simpática, aunque con mucho calor. Al principio habíamos quedado Pepe, Pablo y yo. Temprano para evitar el calor. Mientras esperaba a que llegasen me abordó otro ciclista. Era Salva. Nos conocemos de coincidir en la ruta de los depósitos. Me saludó y ante la perspectiva de que su compañero lo había dejado tirado preguntó si podía unirse al grupo. Al final, poco antes de salir llegó el amigo de Salva. Al final seríamos 5.

Pepe y Pablo, pero sobre todo Pablo, están fuertes. Están preparando el Desafío del Buda. Yo les advertí que llevaba 10 días sin hacer nada y además que me acompañaban 4 kilos más. De nada sirvió. Desde el principio se tiro fuerte. Los primero 15 km hasta llegar a Alcalá del Río era por carretera y llanos. No bajamos de 30 km/h. Entramos en camino y prácticamente seguíamos igual. No tenían miramientos con un pobre gordito como yo :-)

Llegamos a la subida que no dejaba en Castilblanco. Hay cada uno la subió a su ritmo. Yo llegué el último y además con diferencia. No había escogido la mejor ruta viendo el estado de forma que tenía. En Castilblanco para técnica para desayunar. En la ruta inicialmente prevista, aún quedan dos subidas importantes. Consensuadamente decidimos cambiarla y hacer el camino de vuelta por la trialera del Camino de Santiago. El calor estaba apretando de lo lindo y no era muy inteligente hacerla más larga sin correr el riesgo de tener algún percance por las altas temperaturas.
La bajada estaba muy rota. Pepe tuvo que poner dos veces las manos en el suelo. La rueda trasera se le fue. No hubo ninguna consecuencia y continuamos por carretera hasta llegar a Sevilla. En ese camino pasamos un rato agradable Pablo y yo hablando de lo divino y humano, contándonos nuestros problemas, inquietudes, alegrías o penas. Casi sin darnos cuenta llegamos al destino. A Pablo y Pepe aún le quedaban casi 20 km. hasta llegar a su casa. Salva, su amigo y yo terminamos con casi 80, ellos casi 120.
El domingo solo tenía intención de rodar un poco con la flaca por eso me levanté algo más tarde de lo recomendable. No tenía intención de hacer muchos kms pero me empecé a encontrar bien a medida que caían. Decidí continuar hasta la Venta El Alto a unos 35 km de casa. Un aquarius y vuelta que el calor apretaba de lo lindo. Al entrar en Sevilla el termómetro marcaba 41º y solo era la 1 y media. Una ducha refrescante y la satisfacción de un fin de semana muy agradable, aunque muy pero que muy caluroso.

viernes, 23 de julio de 2010

Una minis vacaciones

Ya estoy de regreso de las minis vacaciones de Julio, a la espera de coger dos semanas en Agosto. Llegué el domingo 18.

Me, nos apetecía, no hacer nada. Tomar unas vacaciones de vago, de esas que estás todo el día tirado en la tumbona y lo único que cambia es el decorado. Unas veces piscina y otras playa. Hacía años que no disfrutaba de unas vacaciones de este tipo.
Como anécdota tengo que contar el primer día que bajo a la piscina y se notaba de una forma exagerada las marcas del maillot y cullote. Todos se quedaban mirando. A principio sentía verguenza, que después se transformó en orgullo. Orgullo de ser ciclista, aunque sea globero.


Pues bien todo este relax me ha traído un pesado regalito. Cuatro kilos. Cuando me marché lo hice con 77 y he llegado con 81. La verdad sea dicha comía como un cerdito.

El martes 20 cuando me cogí la bici, después de 10 días sin tocarla, notaba esos kilos de más como si llevara un saco de cemento. No me preocupa en exceso el sobrepeso. Igual que los he cogido los soltaré. Ya voy por 79.

Lo mejor de todo es que estas minis vacaciones me han sentado de p.m.

Mañana sábado toca una rutita larga para empezar a coger tono y terminar de perder los kilitos que me quedan y esperando ansioso disfrutar de las 2 semanas de agosto.

domingo, 4 de julio de 2010

He conocido a mi angel de la guarda

Sigo con mi dinámica de pinchazos. Ayer sábado salimos con la de carretera. Cogimos un camino llano. 106 km y solo 150 da+ pero lo que pretendíamos era rodar a un ritmo constante. Salimos a las 8:30 para evitar las horas de calor y la verdad es que la jugada nos salió perfecta por que cuando entro en Sevilla el termómetro marcaba 44º.

Más que la velocidad íbamos controlando el pulso, lo que pretendíamos era coger fondo y entre charla, risas y algún que otro silencio llegamos a Las Cabezas de San Juan. Desayunamos y Jon siguió había quedado con su mujer en un punto. Yo por mi parte me volví para casa y si me resultó agradable el camino de ida, igual de gratificante me resulto el de vuelta en soledad. Llegué a casa contento primero por no haber pinchazo y segundo porque se consiguió el objetivo marcado.
Hoy domingo todo ha sido muy diferente, aunque por unos metros me acompañó mi ángel de la guarda. Empiezo desde el principio. Salgo como ayer. Temprano. Hay que evitar el calor. La ruta de hoy en solitario era de unos 120 km con algo de desnivel. Me encontraba bien y llevaba un buen ritmo. Alcanzo a un grupo y los adelantos sin problemas. Eran jubilados que más que de ruta iban de excursión, no nos equivoquemos. Unos 20 km después por una carretera rompe piernas veo a otro grupo. Decido alcanzarlos. Estos eran más o menos de mi edad. Los alcanzo y despierto las hostilidades, todos se ponen detrás de mi. Solo dos resisten me sentí bien. Me paro para desayunar y ahora tengo que decidir si tiro para el Castillo de las Guardas para los 120 km. o giro a la izquierda para volver a casa. Decido coger la ruta larga. Anduve unos 500 metros y me arrepiento. Lo mejor será volver a casa. Cojo la recta de Aznalcollar. Son 15 km. Nada más empezar la recta siento como un disparo. La rueda trasera está reventada y estoy a 40 km de casa. Cambio la cámara y a medida que la voy llenando va saliendo un huevo que no pinta nada bien. De pronto llega otro ciclista. Se para y me dice que eso tiene mala pinta pero que puede hacer una chapuza. Mientras yo termino de montar la rueda, él con la cámara pinchada hace una tira para atarla al huevo y pueda seguir. Lo consigue y reemprendemos la marcha, lógicamente más lento y además sin poder tocar el freno trasero. Él se queda un poco rezagado y cuando miro para atrás ya no le veo. En una recta cómo puede desaparecer una persona. Por error toco un poco el freno y el invento se afloja. Me paro y no sé de donde salió. Me preguntó y entre los dos lo dejamos más o menos en condiciones. Él siguió su camino hasta que desapareció. Desde aquí un millón de gracias. El invento estaba funcionado pero después de tantos kilómetros estaba perdiendo eficacia. Me paro en una gasolinera y pido cinta aislante. A falta de cinta me deja zelo. De los 40 que me quedan ya tenía recorrido 25. Me quedaban 18 km hasta el destino. Solo pude hacer 8 más. En Camas (es un pueblo) se me soltó el invento y se reventó la cámara. No me quedaba más remedio que patear hasta casa. La hora que era, cerca de las 14 horas, no era plan de llamar a nadie. Bueno no tenía muchas opciones pero es que casi todos estaban fueran de Sevilla.
Resignado a patear hasta llegar a casa paso por un bar donde había un grupo de ciclistas tomando unas cervezas. Les saludos y me preguntan que qué me pasa. Les cuentos la odisea. Uno se ofrece a dejarme cámara y cubierta, y otro se ofrece a acercarme a casa. Mejor la segunda opción. Me tomo una coca-cola con ellos y me deja en a 200 metros de casa. Él vivía cerca de casa. Me salvó la vida.
Espero que la suerte empiece a cambiar.

domingo, 27 de junio de 2010

Annus horribilis

Está visto y comprobado que este no es mi año.

Ayer nos reunimos 7 colegas para disfrutar de una rutita larga pero la acortamos un poco. De los casi 100 que teníamos previsto lo dejamos en unos 70. Dos de los que venían estaban empezando y no era cuestión de asustarles en la primera salida.

Habíamos quedado a las 9:30. Yo salí con tiempo para poder desayunar pero pinché. El tiempo previsto para el desayuno lo tuve que dedicar a reparar el dichoso pinchazo. No es la mejor forma de empezar una ruta, reparando un pinchazo y sin desayuno.

Ya todos juntos decidimos que ruta coger. Por el camino de Santiago al Cordel de la Mujer y Vuelta por el camino amarillo desde Gerena. Entre charla y charla llegamos a la montaña rusa que es el trozo del camino de Santiago. Allí adelantamos a unos jubilados, eran 8 ó 10, todos con su maillot amarillo. Mientras dábamos pedales nos dijeron que venían de Barcelona y en 13 días tenían previsto llegar a Santiago. Yo de nuevo pincho y tengo que parar. Cambio rápido para no hacer esperar al grupo. De nuevo emprendemos la marcha y otra vez alcanzamos a los jubilados. Que envidian me dan. Subo un repecho y noto que algo se me ha metido en el casco. Me paro y me lo quito. Era una avispa que no tiene mejor idea que vengarse por quitarla de tan acoger sitio, y me pica en el labio. En ese momento siento un dolor y a la vez un fuego tremendo. Agua y ajo, para estos casos es lo mejor. O sea a joderse.


Reemprendemos la marcha. Ya han habido dos parones por mi culpa. Llegamos a Guillena y pregunto si alguien quiere desayunar. Yo después de dos paradas no me atrevía a decir nada. Nadie quería desayunar por lo que no quedo otra opción que seguir.

Me adelanto para llenar de nuevo la rueda porque se me está vaciando y no quería provocar otro parón. El sol ya apretaba de lo lindo aunque la brisa que corría lo hacía llevadero. No me queda más remedio que parar de nuevo para reparar la rueda. Miramos dentro de la cubierta pero no encontrábamos nada. Volvimos a mirar y por fin encontramos el causante. Una pequeña púa de un cardo. Era mínimo lo que había entrado pero lo suficiente para vaciar la rueda poco a poco. Ya todo el regreso sería sin incidentes.

Esta vez en Gerena, pregunto si alguien quiere desayunar. Todo prefieren parar en la gasolinera. Por lo menos es algo y me da para comer cualquier cosa. Todos nos reímos cuando uno saca un paquete de tortitas de maíz. Lo había llevado en la mochila junto con más cosas, como si fuera de picnic. El regreso para dos del grupo fue una tortura ya no podían más. Estaban fundidos. Pablo y yo nos quedábamos esperándoles. Uno de ellos se quito el casco y le obligamos a ponérselo. Es en esos momentos cuando una caía puede arruinar una agradable salida.

Llegamos al punto donde nos separábamos. A ellos aún les quedaban 5 km, a mi 10. Aligeré el ritmo para ver si me daba tiempo ver la carrera de moto. Llegué con tiempo suficiente.

Por la tarde empezó a dolerme el labio y esta mañana lo tenía como si me hubieran puesto silicona. Así y todo salí con la flaca para rodar un poco.

lunes, 21 de junio de 2010

Ya me estoy arrepintiendo

Este año no se parece en nada al del año pasado. Disfrutaba de las salidas en bici, en las carreras, no me importaba despertarme temprano para una salida o una carrera. Este año me cuesta levantarme para salir, en las carreras voy sin … por decirlo de alguna manera, ilusión. Una prueba de la desgana que me invade es que la bici aún tiene los restos del Soplao. Ni tan siquiera la he limpiado.
Sigo saliendo pero la mentalidad es diferente. No quiero llegar a aborrecer la bici. Más que entrenos, son paseos rápidos. Quizás porque los resultados no acompañen, por la saturación de entrenos, por el estrés del trabajo y por algunas otras circunstancias, este año es diferente. Hasta este año solo había abandonado en una carrera. Fue la de Brenes de 2008, todas las demás las había terminado con peor o mejor resultado, con mayor o menor sufrimiento. En todas las ocasiones había cruzado la meta. Eso aún no ha ocurrido este año. No he cruzado ni una sola de las metas.

He tomado una decisión y sé que me va a pesar. De hecho ya me está pensado. No corro la 24Doce. He anulado la inscripción. Prepararé a conciencia las de Partena que este año es Campeonato de España de Maratón y la de La Palma del Condado. A partir de ahí será cuestión de preparar la temporada 2011 con más ilusión y ganas. Será una retirada para volver con ganas de superar nuevo y viejos retos (el Soplao sigue en el punto de mira). Me retiro de las carreras pero no de montar en bici, lo seguiré haciendo pero olvidándome de las series, de la cuestas, de la velocidad o de los tiempos. Será volver a disfrutar de las rutas, cosa que ya no estaba ocurriendo.
Disfruto con este deporte que tanto me ha aportado y al que tanto debo. Me ha dado ojos nuevos. Ojos nuevos con los que ver un paisaje, un camino, una persona. Ver de forma diferente la propia vida. Quiero volver a disfrutar, a superar retos, a emocionarme al cruzar un arco de meta pero si sigo en esta dinámica será un sufrimiento que me hará aparcar la bici y eso es lo último que quiero que ocurra.
Seguiré contando mis rutas y aventuras pero hasta Septiembre no habrá ninguna crónica de competición.

domingo, 6 de junio de 2010

La crónica tardía del Soplao

Han pasado dos semanas desde lo de El Soplao y aún tengo un sin sabor por no haberla terminado, por no haberme esforzado, por habérmela tomado como una marcha cicloturista, pero empecemos desde el principio.

Salgo de Sevilla en el Ave con destino Madrid, allí me recoge mi manager y ponemos rumbo a Cabezón de la Sal. Llegamos tarde, sería sobre las 10 de la noche. Descargar el equipaje, tomar posesión de la habitación, recoger el dorsal y cenar. De vuelta al hotel vimos una máquina que despachaba leche. La recomiendo. Estaba espectacular. Al final era algo más de las 12 de la noche cuando nos metimos en la cama.

Toda la noche la pasé muy inquieto, dando muchas vueltas y es que cuando llega un reto importante. A las 6 de la mañana ya estoy despierto, aunque me quedo en la cama un rato más, a la espera de que suene el despertador. Por fin es la hora. Nada más levantarme mi primera premisa era desayunar bien, y vaya si lo hago. Me voy para el cajón de salida son la 7:20 y creo que ya está casi lleno.
Esperando que den la salida miro el ambiente y me recuerda muy mucho al de Ronda. Gente con ilusión, otro con preocupación y todos con ganas de que de la salida. Me entero que han dado la salida por la algarabía y grito de la gente, pero yo aún no me muevo. Es lo que tiene cuando salen 3000 tíos. Pongo el polar en funcionamiento y joder no me acordé cambiarles las pilas. Iría sin pulsómetro. Cuando por fin me muevo mi primera intensión es adelantar posiciones, como hago en Ronda, pero lo pienso mejor y voy tranquilo. Solo hay un objetivo: terminar. El de los tiempos ya será para otro año. Se forman tapones, otros quieren pasar hasta por encima de otro y yo sigo con mi tranquilidad, admirando el paisaje. Realmente estoy haciendo una cicloturista.


De pronto, sería por la abundancia del desayuno y por el casi litro de zumo que me bebí, me entran ganas de ir al baño y no para soltar líquido. Decido seguir, no era el mejor momento. De hecho no lo hice en toda la marcha. Iba a reventar. Llega el primer avituallamiento y fiel a mi premisa paro para comer y beber. Continuo la marcha y voy disfrutando del paisaje y del ambiente. Me adelantan muchos, pero yo también adelanto y el suma y resta me deja más o menos en la misma posición de salida. Llego al avituallamiento del Soplao y me quito el chaleco que llevaba. La temperatura está empezando a subir como en mi tierra. Y pasando por Monte Aa y Ruente me paro en el avituallamiento que hay antes de empezar el Moral. De nuevo me pongo ciego. Creo que hasta llegué a engordar. El Moral una tortura, cuando creía que ya estaba arriba, un giro y más subida. Pensaba que ya no había más montaña, pues sí la había y lógicamente con su correspondiente subida. La subía en bici pero más que la inclinación se me estaba haciendo más duro la longitud. Pocas veces he subido puerto de tantos kilómetros y eso que todavía quedaba otro aún más largo. Lo subí entero en bici y solo paré cuando vi una fuente para refrescarme y llenar el bidón. Cuando coronó el Moral pregunto lo kilómetros que llevaba hecho y me indican 80. Voy bien, sin calambre y sin dolor de espalda. Lo único que me estaba escociendo el culo. Bajamos para el siguiente avituallamiento pero esta vez solo cogí una naranja y un plátano. No me entraba nada más. Hasta coronar el puerto de Palombera quedaban 20 km. Estos si se me hicieron largos, eternos. Cuando por fin llego, exactamente en el cartel que pone el nombre del puerto y la altitud (1260 metros) pincho. Eran las 8 de la tarde. No tardo mucho en reparar la rueda y como he parado al lado de un nevero me estoy muriendo de frio. En un terreno sube baja llego a Venta Vieja, dejo la cámara pinchada y me tiro para Juzmeana. Era en bajada y la verdad que iba rápido y adelanté a todos los que se ponían a tiro. Al salir de una de las últimas curvas, antes de llegar a Los Tojos me encuentro una gran piedra en medio del camino. Logro esquivarla con la rueda delantera, pero con la trasera me la como entera y la reviento. La bici empieza a culebrear y voy controlando el zigzagueo hasta que consigo pararme. No llevo más cámara y un parche no me soluciona nada. A los que adelanté, me adelantan ahora. Ni uno, ni uno solo me preguntó si me pasaba algo, o si necesitaba algo. Yo que si veía a alguien en la cuneta le preguntaba si tenía problema para solucionar la avería, ahora que lo estoy yo ni tan siquiera me avisan de que llegan por detrás. Pasan y estoy seguro que piensan: que bien ya he adelantado a uno. Bueno, me chocó mucho esa actitud y el error fue unicamente mio.

Al llegar a Los Tojos me encuentro a unas personas de protección civil. Se ofrecen para llevarme hasta Juzmeana, donde hay un puesto de asistencia. Le digo que no, que ya estoy retirado y hacer eso es hacer trampas. Aquí termina los 10.000 del Soplao para mi. El año que viene nos volveremos a ver las caras.

El camino de regreso en el coche me permitió una charla muy agradable con estas personas de protección civil, que me dejaron en la misma puerta del Hotel en Cabezón. Cuando me estoy duchando me doy cuenta de que no me duele nada y lo único que con la ingesta de plátano y el culo escocido, tengo complejo de mandril, por lo demás nada solo ganas de volver.

Para el año que viene iré de nuevo pero esta vez sí será para vencer a los 10000 del Soplao.

PD. A Noe la veo desde lejos, sin posibilidad de saludarla. A Pablobk nos cruzamos en el Moral, yo bajaba y el subía. En otra ocasión será.

lunes, 17 de mayo de 2010

Valverde del Camino o crónicas de una petada

Está visto que este año no es mi año. Si el año pasado terminé todos los retos, este año por una cosa o por otra no termino ninguno. Pero empecemos por el principio. La noche la paso nervioso, despertándome cada dos por tres. Tenía ganas y esperaba hacer una digna carrera. Acordándome del año pasado, que llegamos con el tiempo justo, decidí salir media hora antes de lo que tenía previsto. Me vino muy bien, por que llegué con tiempo suficiente para poder desayunar tranquilo.

En la salida no hay más de 300 personas. Es una carrera dura y la gente se no acude en masa. Se da la salida controlada por las calles del pueblo. Ya en la afueras del pueblo se da la salida real y se lanza la carrera. Mis dos temores iniciales era pasar los dos controles. Uno en el km 25 y otro en el 46 y los dos los pase bien o por lo menos los pasé. Más me hubiera valido no pasar uno de los dos y así evitarme el sufrimiento. Llega el km 25 y empieza la primera subida importante. No lo subo mal. Son 5 km duro pero tengo que darme prisa para llegar al siguiente control antes del cierre. En el km 46 está el segundo avituallamiento. Tomo naranjas y aquarius y sigo con la marcha. Al poco me encuentro con un fuerte descenso, aunque los descensos en Valverde requieren un capítulo aparte. Unas de las dificultades que se dan en esta carrera, independientemente de las subida, es que en los descensos no puedes recuperar. Terminas igual o más cansados que subiendo. Es agotador.

Toca subir para después bajar el famoso cortafuego, desde hace algunos kilómetros voy junto a un ciclista de CC Monge. Se llama Jesús. En las bajadas me dejaba y en las subidas le pillaba. Cuando empezaba la subida me lo encuentro en el suelo. Se le habían montado los músculos. Le di una pastilla de BCAA, que después yo eché de menos. Me pidió que siguiera y como se quedaba con el motociclista que cerraba la carrera decidí seguir mi camino. El cortafuego como era de esperar lo bajé pateando. Me paro en el avituallamiento que hay abajo y esperé a Jesús. Cuando estaba a punto de irme lo vi aparecer en el inicio de la bajada. Iba por el km 60 y llevaba 4 horas y medias. Llegaba la subida que me mató, después me enteré que se llamaba Peñas Blancas. Ahora tocaba subir al que llaman el Anglirú. En esta edición no me quedó más remedio que patearla. Estaba muerto pero mi único objetivo era terminarla. Superado este escollo ya solo queda uno. Estoy en el kilómetro 87. Cruzo un riachuelo. No sé si es el mismo pero he perdido la cuentas de las veces que me he mojado lo pies. Hubo un vadeo en el que me llegó el agua hasta la rodilla. Ya todo me daba igual, solo quería llegar.

Miro el cuenta y está anclado en el km 89,9. Lo miro, lo vuelvo a mirar y los kilómetros no avanzan. Se ha quedado bloqueado. No sé cuanto me queda para llegar y estoy realmente reventado. No me lo pienso. Veo un coche de la organización y decido abandonar. Me dice que solo quedan 6 km para llegar, pero es tal el agotamiento que me da igual. Como si hubieran sido 500 metros.

Ya en el pueblo, mientras me comía un bocata, se formó una tertulia muy agradable con la gente de la organización. Cada uno contando sus batallitas ciclistas. Muy agradable.

En cuanto a la ruta de PM. Bien todo. Bien señalizada, bien los avituallamientos, bien el paisaje, bien la dureza, bien todo. Una carrera muy recomendable. Así da gusto.

Y en cuanto a mi … me hace replantearme todo. Este año no tiro. Por un motivo o por otro no termino ninguna carrera, me cuesta un tremendo esfuerzo levantarme para ir a correr. El año pasado sin ir más lejos terminé todo lo que me propuse y este año en cambio me las veo y me las deseo. Eso me hace reflexionar y tal vez necesite un descanso. He decidido tomármelo con calma. Solo voy a hacer la carrera que ya tengo pagada. Me quedaré con el Soplao, la 24Doce, Partena y La Palma del Condado. Esta será el resto de mi temporada.

viernes, 14 de mayo de 2010

Velando armas



Sigo entrenando, lo que me cuesta es escribir algo. Llego cansado y lo que menos me apetece es ponerme delante de la pantalla del ordenador, después de haber estado todo el santo día.

La semana pasada salí dos días con la flaca y las sensaciones eran extrañas. Realmente no sabría decir como me encontraba. Si bien o mal. El pulso subía cuando realmente lo requería pero en el momento que dejaba de requerirlo, inmediatamente bajaba hasta las 120 ppm, incluso hasta la 100. De hecho la pulsación media en mis salidas suele rondan entre 140 y 145. Decidí parar los entrenamientos. Cierto es que también me sentía un poco cansado. No volví a hacer nada hasta el siguiente lunes.

El lunes ya todo volvió a su ser. A mi medias de pulsaciones, a mis sensaciones conocidas. No sé si es mejor o peor. Me quedo con la duda que resolveré este sábado en Valverde del Camino.

Salí ayer para preparar las piernas para lo que me queda mañana. Si ya el año pasado sufrí el mayor pajarón que ser humano puede sufrir, este año no sé que podrá ocurrir. Han elevado la distancia, 101 km, y el desnivel a algo más de 2.600. Además desde el último maratón que no superé el corte, me obsesiona que no pueda superar los de esta carrera que además hay 2.

Desde luego será un buen test para ver como estoy para el 10000 zumbaos, perdón quiero decir Soplao, del día 22. Pero primero terminemos lo que viene mañana. El tic tac no para y las grandes citas están llegando.

domingo, 2 de mayo de 2010

5 de 7 = 300

Ha sido una semana muy fructífera. De 7 han sido 5. Cinco días en lo que he salido. Los días entresemana me he limitado a hacer entre 40 y 50 km. En tiempo unas dos horas. Siempre voy por los mismos sitios. Si es con la flaca tiro para La Doblas, si es con la gorda el camino que cojo es el de los depósitos. Así que el lunes para Las Doblas, el martes para los depósitos y el miércoles ni para un sitio, ni para el otro. Quedé con Jon en los pinares. Un circuito al que de dimos cuatro vueltas.

El sábado tenía intención de hacer una salida larga con la flaca, para ello me levanté temprano. Calculaba unos 140 km pero al final se quedaron en 55 entre la ida y la vuelta. Reventé la rueda trasera. Le hice una corte de 2 centímetros. Visto el panorama lo mejor era volverse. Además las sensaciones no eran muy buenas y encima tenía compromiso familiar ineludible, porque si faltaba mi madre me cortaba los OO.


Hoy domingo salí con la gorda. La primera intención era hacer una kilometrada. Es la unión de varias rutas que lleva tiempo rondándome la cabeza pero o no encuentro el tiempo o la ganas. Hoy no encontré las ganas. Desde el principio no subía el pulso, pero en cambio iba rápido. Creo que es una buena señal producto de una semana de entreno. Subí la cuesta de Castilblanco a ritmo. Son unos 9 km con algunos tramos donde te encuentras en el pulsómetro cantidades de hasta el 16%. A mitad de la subida tuve que echar mano de un Power gel, no tenía hambre, aunque solo tenía un café en el cuerpo, pero no dejaba de pensar en comida. Claro síntoma de que necesita algo. Corono y me tiro para abajo para llegar lo antes posible al bar, para desayunar. Bajando veo una imagen que me marca para el resto del día. Unos caballos están en medio de camino y cuando me oyen llegar se quitan de en medio. Tienen las patas delanteras atadas. Muy juntas. Los movimientos son … lastimosos. Me dan pena, les cuesta quitarse. Yo me paro, no quiero asustarlos para evitarles más daño y paso despacio.




Pero no pasa nada estamos en España. Donde se llama fiesta nacional al cruel espectáculo de torturar a un animal, donde los perros son el regalo de reyes para unos niños y cinco meses después yace en la cuneta de una carretera, donde tirar un animal desde el campanario de una iglesia es una tradición, donde maltratar animales es cultura, tradición, fiesta. Donde la violencia gratuita es el pan nuestro de casa día. Es España donde se piensa que todo lo que nos brinda la naturaleza, es propiedad y está para usarlo a nuestro antojo. Hay que ser hijos de putas sin escrúpulos para atar así a unos animales tan nobles como los caballos. Perdón no es el sitio para escribir sobre esto pero hoy no me he podido resistir.

En cuanto al resto de la ruta la vuelta por el mismo camino se me hizo pelín larga. Al final me salieron 90 km. Ha sido una semana productiva. 5 días de 7 en los que he recorrido casi 300 km. No está mal. Mañana a descansar que me lo he merecido. Y por favor no hacer daño a los animales, ello no se lo merecen.

miércoles, 21 de abril de 2010

Los 4 mosqueteros

Hoy es fiesta en Sevilla. Han cambiado una, no sé cual, por el día de hoy para que la gente vaya a la feria. Yo he preferido irme con la bici. En un principio tenía pensado hacer una ruta larga con la flaca, quedo con Jon y cambio de planes. Ahora sería con la gorda. Tras otra llamada al dúo se une Pablo y el punto de partida sería desde Cala. Quedamos en una gasolinera, pero para adelantar tiempo decidimos encontrarnos en la carretera.
Cuando me alcanzan, y digo me alcanzan por que también se unió Pepe. Yo no lo sabía y cuando Jon me adelanta intento ponerme detrás, pero un coche no me deja. Hasta que llegamos no sabía que era el coche de Pepe. Volví a adelantar a Jon y el tío seguía erre que erre. Jon se descojonaba viendo las maniobras. Cuando nos debíamos para entrar por la carreterita donde nos esperaba Pablo y el coche rojo también entró me di cuenta de que venía con nosotros. Al bajarnos del coche todos nos reíamos.
El día estaba nublado pero la temperatura era muy agradable. Los cuatro mosqueteros comenzaron la ruta. Lo primero era una bajada que luego tendríamos que subir. 300 metros al 20%. Eso sería la guinda del pastel. La ruta era un continuo rompe piernas. Sube, baja que entre charla y risas se hacía ameno. Llegamos a la cuesta de la culebra y hay cada uno subió a su ritmo. Cuando coronamos nos volvimos a reagrupar, ahora tocaba bajar. Pinchó Pepe y aprovechamos para hacernos una fotito.

El buen ambiente ha sido una constante en toda la ruta. Era hora de volver y los hicimos por el paso restringido de la Ruta del Agua. Bordea un embalse que nunca he visto como hoy. Estaba al 100%. El tiempo nos estaba respetando y aunque en cualquier momento podía descargar con fuerza solo lo hizo cuando llegamos. Nos libramos por poco.

La bici para el coche y de vuelta a casa. Ha sido un buen día y una buena ruta. Por cierto los 300 metros del 20% los subí muy, pero que muy bien.

domingo, 18 de abril de 2010

La no crónica

El viernes parecía que era el fin del mundo, por la cantidad de agua que caía. De hecho estábamos en alerta amarilla. Me tenía que levantar a la 6 y media de la mañana y si bien no me importaba que lloviera, estaba un poco harto de barro. En las dos últimas carreras me he comido las pastillas de los frenos. Me desperté a las 8:30 y me asomé por la ventana. Joder el suelo estaba seco. Pensé en salir pero era imposible llegar. De nuevo me metí en la cama con la sensación de que me había equivocado no yendo. Me volví a a dormir.

Cuando me desperté, una hora más tarde, el suelo seguía seco y el cielo no estaba tan negro como el viernes. Definitivamente me había equivocado, yo y el tío del tiempo. Tenía planeado ir al gym para evitar la tromba de agua anunciada pero viendo como estaba el cielo decidí coger la flaca con la idea preconcebida de que en el momento que empezara a llover me daba medía vuelta.
Salgo de casa pongo antes de las 10 y empiezo a dar pedales. Al final me salieron 81 kilometritos y sin una sola gota. En ese momento me daba rabia no haber acudido a la dichosa carrera. Estaba deseando ver alguna crónica y cuando las leí no me arrepentí de no haber ido. Granizó, diluvió, ventó y al final suspendieron la carrera con 60 km. Todas las crónicas decían lo mismo. El terreno se había vuelto peligroso, el fango se metía en los ojos, hubo bastantes caídas. En definitiva acerté no yendo pero a cambio tendré que buscar otro reto que lo sustituya.
Hoy domingo miro por la ventana y esta vez sí que estaba el suelo mojado pero no llovía. Probando suerte como ayer, me vestí de romano. Llego al portal y no llovía, diluviaba. Media vuelto y de nuevo para arriba. Mañana, que dan mejoría, será otro día. Hoy no se entrena.

lunes, 12 de abril de 2010

Me falta tiempo

Los días son más largos, pero me faltan horas para hacer todo y puestos a elegir sacrifico las entradas en el blog. Un pequeño resumen. En Semana Santa salí el miércoles. Fue la única salida de esa semana. La siguiente semana tripliqué las salidas. Martes, miércoles y jueves. El recorrido siempre es el mismo. Si salgo con la gorda cojo el camino hacia los depósitos. Me salen unos 40 km y un desnivel de 290. Si cojo la flaca la distancia se alarga a 55 km y 400 de desnivel. No es mucho pero es que salgo de trabajar a las 6, a toda pastilla llego a casa me visto de romano y, como máximo, media hora después de salir de la oficina ya estoy dando pedales. Me salen más o menos 2 horas, a medida que vayan oscureciendo más tarde podré alargar las salidas pero ahora mismo es lo que hay y con ello me tengo que conformar. Cuando llego a casa después de la ducha, la cena y a dormir que a las 7 suena el despertador. Vivir en Sevilla es muy agradable, pero no es el mejor lugar para entrenar. Es plana como las tetas de la Barbie.
Este fin de semana corro la maratón de Constantina, a ver si por fin termino una prueba porque este año no he tenido un buen comienzo. Y dentro de nada llega el Soplao, este es el dragón al que me he propuesto vencer este año.

domingo, 28 de marzo de 2010

Bienvenida primavera

Después de 12 días sin tocar la bici y solo intentado sobrevivir con el spinning llega un fin de semana donde puedo disfrutar de la bici y del buen tiempo. Hacía bastante tiempo, tal vez demasiado. Esta semana han llegado muchas cosas buenas. La primavera, el buen tiempo, el olor a azahar (aquí en Sevilla huele por cualquier calle), el cambio de hora.


Con la alegría de la primavera me apetecía una ruta larga con la flaca. Me tengo que empezar a poner las pilas para el Soplao, quedan menos de 2 meses para el gran reto. Me llamó mi compi pero él ni tenía tanto tiempo como yo. Para poder salir junto, él alargo su tiempo de entreno y yo lo acorté. Llevábamos mucho tiempo sin salir juntos.

Nos encontramos cerca de su casa y como había mucho tráfico elegimos otra carretera más tranquila. Para endurecer la salida decidimos subir Las Doblas 3 veces y hacia allí dirigimos nuestros pedales. La primera subida la hice a 15 km/h, la segunda y tercera a 14. El compi en la tercera como siempre se picó con otro, yo por mi parte ni quise, ni pude y subí a mi ritmo. Ya arriba tiramos para casa. Al final salieron 75 km, la verdad es que tenía pensado hacer 50 más.

El domingo cogí la gorda, en un principio había dos objetivos: ver como estaba el terreno y rodar. A los primero bien, el terreno no estaba nada mal bastante roto por algunos tramos pero se podía ir, aunque con algo más cuidado. Los segundo, lo de rodar, solo lo conseguí en la ida, la vuelta me pasan 2 ciclistas no iban rápidos, yo estaba parado poniéndome bien el ipod cuando inicio la marcha los adelantos sin mucho trabajo. De nuevo me paro, esta vez para coger el teléfono, pero la conversación se alarga un poco y cuando emprendo la marcha están bastante lejos. Empiezo a dar pedales y como ellos van de paseo al poco tiempo los veo. Ellos también me ven y aligeran la marcha. Esta vez el que se pica soy yo. Voy a por ellos. Están algo lejos pero por lo menos los veo. El camino es un continuo rompe piernas y poco a poco me voy acercando. Cuando los tengo a tiro, me quedo a unos 5 metros, esperando para recuperarme y dar el hachazo definitivo. Así anduve algunos km hasta que de nuevo sonó el teléfono y esta vez la conversación fue más larga, siendo una distancia insalvable.

Levanté el pie y lo que quedaba de regreso lo hice más tranquilo. Llegué a casa satisfecho por el entreno y porque por fin se ve el sol, que ya ni me acordaba de cómo era.

sábado, 13 de marzo de 2010

III Maratón Ratobatense – Bollullos par del Condado

Se va la lluvia pero queda el barro y eso es lo que no hemos encontrado hoy, aunque un poco menos de lo que cabía esperar pero en las zonas que aparecía eran verdaderos lodazales que costaba superar si tenías la suerte de elegir la trayectoria buena, si no era así te tocaba meter el pie hasta el tobillo. Y cuando no había barro, había arena. Esa arena suelta que te frena como si llevarás un ancla. No había grandes desniveles pero el terreno no te hacía echarlo de menos.

En cuanto a mi, después de ser desde ayer un año mayor, no ha sido para tirar cohetes. A las 7 am suena el despertador, me quiero levantar pero tengo que luchar contra la pereza para no seguir durmiendo. Desayuno un tazón de cereales que no me entra. Nunca desayuno tan temprano pero me obligo, la verdad que con un gran esfuerzo. Salgo a la hora prevista y llego con tiempo suficiente para poder aparcar cómodamente y prepararme y recoger el dorsal sin agobios. Hasta me dio tiempo a desayunar otra vez, ahora si café y tostada.

Ya en el cajón de salida la espera, unos 20 minutos, no se me hace larga. Estoy situado en medio. Se da la salida y damos una vuelta de 4 kms por el pueblo y yo me mantengo más o menos en el mismo sitio dentro del pelotón. Nos reagrupamos todos y se da la salida oficial con una pequeña mascletá. A los pocos kms, 2 ó 3, se forma el primer tapón por el barro. Era pisar y hundirte como si fueran arenas movedizas. Lo mejor era coger la bici en peso porque si no el barro se pegaba como una lapa y multiplicaba el peso. Vuélvete a montar hasta que de nuevo más fangales. A eso había que unir que lo caminos estaban hechos polvo por los regueros, algunos de mucha profundidad y con grandes escalones que te obligaba a estar muy pendientes si no quieres pegarte una leche.


Y yo cómo me encuentro? Ya por la mañana, al levantarme sentía un pinchazo en la garganta y una tos nada agradable. Me puse el pulsómetro y no bajaba de 90 pps. No es normal en mi y más recién levantado. No le quise dar importancia pero después sí la tendría y me pasó factura. Durante toda la carrera. He estado la mayor parte del tiempo en la zona roja. He sacado una media del 90%, aunque las sensaciones no eran mala el motor iba demasiado acelerado. En el reglamento hablaba de que en había un corte a las 12:45 en el km 0, pensé que debido al estado del terreno lo habían suspendido. Resulto erróneo mis cábalas, en lugar de 0 eran el 50. Cuando llegué no más de 3 minutos, ya estaba cerrado y no nos dejaron continuar a los 3 ó 4 ciclistas que teníamos intención de hacer los 90 km. Resignados hicimos el km que no quedaba para llegar a meta.

El inicio de temporada no ha sido nada bueno. En el primer maratón me perdí y en el segundo no he pasado el corte. Estoy sufriendo el parón que tuve por culpa del accidente de moto. Espero mejorar la forma por que el 17 de Abril me espera Constantina con 106 km.

En cuanto a la organización he de reconocer que ha sido estupenda, bien señalizada, con avituallamientos decentes, solo ha sobrado barro y un poco de intransigencia pero el línea general muy bien.

lunes, 1 de marzo de 2010

I Maratón Santa Olalla

Ayer empecé el ciclo de carreras y la primera cita fue en Santa Olalla del Cala. El sábado salí a rodar un poco con la de carretera. Fueron algo más de 33 km a ritmo tranquilo. Y llegó el domingo. El despertador lo puse a las 6:45, lo apago y dudo entre seguir durmiendo o levantarme. Ha llovido bastante por la noche pero me decido y me levanto. A las 7:30 ya estaba en el coche, ahora me quedaban 70 km hasta llegar al pueblo.

El día ha amanecido claro, hacía tiempo que no veíamos el sol por estos lares. Al llegar al pueblo una persona de la organización me indica donde está la zona de salida y el parking. Todo eso fue un espejismo. No creo que haya una segunda edición por lo mal que ha estado organizada la primera.

Dejo el coche y me voy a recoger el dorsal. Había tres mesas. Ya se empieza a ver la desorganización. Eran las 9:20 y todavía estaba en la cola pero había que ser paciente y darles una oportunidad. Al final la salida se da a la 9:30, media hora después de lo anunciado.

De da la salida y lo mejor, lo único mejor el paisaje. Al principio, sobre el km 5 se inicia un descenso por caminos estrechos y algunas zonas con fango. Ahí se me iba la bici y me daba un poco de yuyu por que si te caías por el lado equivocado de dabas una leche que algunos metros. Ahí me adelantó hasta el del triciclo.

Sobre el km 30 empieza una subida de unos 5 km, me tomo un powergel y tira milla. Me encuentro bien, voy subiendo con fuerza y adelanto a algunos. Echaba de menos carteles indicando el camino y cuando iba solo, que fueron muchos km, tenía la sensación de que iba perdido. Pedir que pusieran carteles con los km que quedaban era pedir demasiado. Entramos en Zufre, donde estaba el primer avituallamiento, pido algo de comer un simple plátano. No había y no es que se hubiera acabado, es que no nunca los hubo.

Salgo del pueblo y me encuentro con una cuesta de 18%. Es un km y medio que subo mejor de lo que me esperaba. Había divido la carrera en 3 etapas de 30 km, del total previsto y digo previsto, eran 91. Al final salieron unos pocos más. La segunda etapa ya estaba terminada. Ahora en Higuera de la Sierra llegaba un tramo de piedra suelta, con escalones que se hacía, al menos para un globero como yo, imposible subir o bajar. La bajada también la hice pateando.
Al llegar abajo no sé para donde tirar y no me lo pienso, llamo por teléfono a alguien de la organización para que me índice. No había ni un puto cartelito que te indicara algo. Llegué a pensar que algún bromista lo había quitado, porque no era normal que en un punto tan crucial no hubiera algo que te indicara.
Me llaman para indicarme el camino y al llegar a un cruce me veo a otro ciclista que había roto el cuadro en la bajada anterior. Estaba esperando que le recogieran. De nuevo en solitario me empecé a emparanollar por que en 60 km solo me había picado una vez. Empecé a pensar que me había saltado un control.

Llego a un descenso por asfalto de 6 km que se me pasó en un pis pas. Al llegar al final del descenso veo me solo me quedan 20 km me tomo mi último gel y encaro la última parte con alegría. Es un continuo sube baja que va haciendo mella, pero aunque ya van faltando las fuerzas la alegría de terminar me ayuda. Estoy en el km 90 y no veo el pueblo. Algo falla. No sé si el cuenta kilómetros o la carrera. Supero el 91 y el 92 y el 93 y 94 … y sigo sin ver el pueblo.
Se me acerca un coche y me dice que me monte. Así sin más. Le digo que no que sigo. Me vuelve a decir que soy el único corredor que había en carrera. Al final resulto ser mentira. Sigo dando pedales, sin ver un puñetero cartel indicativo y por intuición cojo la carretera después de 5 km por fin veo el dichoso pueblo. Llego a lo que sería la meta y no hay nadie que tome tiempo. Me resigno y pienso que he llegado fuera de control. Como algo que buena falta me hacía y cuando voy para el coche llega otro ciclista y me pregunta que donde pican el tiempo. Le digo que no hay nadie y coge un rebote del 15, yo lo cojo del 20 porque el cabrón de la furgoneta me dijo que yo era el único ciclista en la carrera y lo peor es que todavía había gente que aún no había llegado. Un desastre.

Ha sido la primera edición y o lo mejoran todo y digo todo o mucho me temo que no habrá segunda edición. El Circuito Provincial de Huelva tiene pruebas de una excelente calidad y esta prueba tiene una materia prima, el terreno, extraordinario pero la organización ha sido pésima, con carencias en todos los aspectos, personal, carteles, avituallamientos, organización. Deben mejorar todo, yo también.

En cuanto al tiempo no tengo un tiempo oficial. El cuenta marca 7:09:23, pero aquí no se cuenta las paradas para echar aceite, llenar el camel y bajar la zona de piedras. Si se empezó a 9:32 y yo llegué a las 17:05 me sale un tiempo de 7:35 y 102 km y el cuenta no está mal.

domingo, 21 de febrero de 2010

Me siento identificado

En este video más de uno se sentirá identificado. Yo, el primero.

domingo, 14 de febrero de 2010

Que termine el invierno por Dios

Sábado 13

No se puede salir por el campo, está todo lleno de barro, los caminos destrozados y rotos. Así que lo mejor es salir por carretera. Cogí, como otras tantas veces, la N630 con un frio del carajo. El día amenaza lluvia pero no podía desperdiciar el día de entreno. El invierno se me está haciendo muy largo. Pasan los días y los días y no se ve el sol.

Me abrigué tanto que realmente no pasé nada de frio. Es más llegué a casa con todas las capas empapadas de sudor. De primera capa llevaba una camiseta, de segundo un maillot de manga larga que tiene pelitos por dentro y lo suelo usar cuando las temperaturas no son tan bajas como para llevar una chaqueta, y de tercera capara una chaqueta con todos los tex que puede llevar una chaqueta. Y por supuesto culote largo de invierno, de mucho invierno. Solo me faltaban los escarpines de neopreno y el buff.

El sol empezó a salir, pero no calentaba nada. El campo estaba verde, pocas veces he visto ese verde en Sevilla. Es una verde más de Asturias o de Galicia que de estos lares.

En cuanto a la salida en si. Las sensaciones no fueron malas. Me encontraba bien y llevaba una cadencia alegre. El pulso se contenía y las ganas de montar en bici hacían el resto. Me encontraba tan cómodo que cuando llegué a la Venta del Alto, decidí bajar la Media Fanega. Son 4 km con una pendiente importante y constante. La subí cómodo. La última vez que la subir tuve que meter todo el desarrollo, en esta ocasión me guardé dos coronas. Al coronar paré para tomarme un merecido desayuno. Hasta ese momento solo tenía en el estómago un café y un power gel.

El regreso, era casi todo descenso hasta casa. En poco más de una hora estaba en casa. Muy satisfecho del entreno de hoy, aunque con más frio que un perrito chico.
Domingo 14

Día de los enamorados. Felicidades a todos los que aman. Y me refiero a amar personas, la bici no cuenta.

Si ayer hacía frio, hoy hace más. El termómetro marcaba 3º. Por favor que se acabe este cruel invierno ya. Necesito sol. Elegí tirar para Castilblanco de los Arroyos. De nuevo me sentí muy cómodo encima de la bici. El pulso se mantenía bajo, le costaba subir pero las sensaciones eran muy buenas y el ritmo alegre. Al llegar a Burguillos, en una rotonda por la izquierda pasa un grupo de ciclistas de unas 30 ó 40 unidades. Iban como una locomotora. Estaban a 200 metros, pero por mucho que me esforcé no pude coger la cola.

En Burguillos empieza la subida a Castilblanco. Son unos 10 km en constante subida. Alcancé a 4 que se habían descolgado. Aguanté detrás de ellos unos pocos metros, pero como siempre me ocurre los adelanté. Realmente quería ir a mi ritmo. Solo les saqué unos metros y después me adelantaron. Lograron descolgarme, pero de nuevo los alcancé. Esta vez no tuve ocasión de adelantarlos. Ellos se pararon para desayunar con el grupo, yo lo hice un poco más adelante en el bar que suelo hacerlo.

Ya de regreso, por el mismo camino coincido con el grupo. Bajan a toda leche y me empiezan a adelantar. No me apetece ir con la lengua fuera en una bajada y los dejos ir. Aunque seguramente se me hubieran ido de igual forma.

El regreso sin novedad pero con mucho frio y como resumen de la semana, 3 días de spinning en doble sesión y el finde, 160 km con muy buenas sensaciones.

Por Dios que se acabe de una vez este invierno!!

domingo, 7 de febrero de 2010

Retos del 2010

Ya era hora pero por fin he confeccionado el calendario para la temporada 2010. En principio hay 11 retos, aunque muy probablemente un se caiga. Estos son:

28/02/2010 I Maratón Olalla Biker en Santa Olalla de Cala (Huelva)
13/03/2010 III Maratón Ratobatense en Bollullos par del Condado (Huelva)
20/03/2010 IV Desafío BTT Sierra de Aznalcollar (Sevilla)
17/04/2010 I Maratón La Jurdana BTT Constantina (Sevilla)
15/05/2010 VII Ruta BTT Valverde del Camino (Huelva)
22/05/2010 IV Edición Los 10000 del Soplao en Cabezón de la Sal (Santander)
13/06/2010 IX Ruta Biciaventura en Brenes (Sevilla)
26/06/2010 24 Doce en San Agustín de Guadalix (Madrid)
25/09/2010 X Ruta Sierra de Paterna del Campo (Huelva)
02/10/2010 III Dessafio de la Sierra Sur de Jaén
30/10/2010 XII Maratón BTT Ciudad de La Palma del Condado (Huelva)

Y entremedio, si logro cuadrar las fechas en verano entraría también el Camino de Santiago desde Roncesvalles, en una semana. La media de km serían de 100 más o menos. Queda pendiente la cuenta con la Salzkammergut pero este año en un principio no puede ser, aunque siempre está la puerta abierta y a la menor oportunidad me enfrentaré a ella.
Hay algunos retos que son nuevos para mi como el de Santa Olalla de Cala y el de Constantina (estos son nuevos para mi y para todos, es la 1ª edición) y después nunca he participado ni en Bollullos, ni en la Sierra Sur de Jaen. Punto aparte es la de los 10000 del Soplao, esta será el dragón al que me enfrentaré este año. Es mi gran reto en mayúsculas.
Después de muchos años no voy a Ronda. Los legionarios no pueden organizar la carrera (están en misión de paz en Afganistán) y aunque hay que se celebra en la misma fecha prefiero mirar otros retos.

En cuanto a los entrenos no voy nada mal. Sigo con el spinning en doble sesión y el viernes, aprovechando que tenía días de vacaciones del año pasado, me cogí el día. Salí por la mañana temprano, después tenía que coger el Ave que este finde tocaba ir Madrid. Cuando llegué a casa estaba rebozado en este fango caldoso que se mete por todas partes. Salpicaduras en la bici, en la ropa y hasta en los ojos. Al final solo fueron casi 39 km de fango, Tardaré más en limpiar todo, que lo que he tardado en hacer la marcha. A ver si deja de llover ya de una puñetera vez.

Y en cuanto a los retos espero superarlos todos, para ello me estoy preparando.

domingo, 31 de enero de 2010

La ruta de los 3 embalses

Este fin de semana ha sido el primero que hago con la gordita desde que empezó el año. El sábado amaneció frio pero el sol lo iluminaba todo. Se preveía un buen día de bici. Casi sin pensarlo imaginé la ruta. Era el enlace de varias rutas que no pude realizar al completo pero que queda en el debe hasta hacerla tal como la imaginé en un principio.

La llamé la ruta de los 3 embalses. Se me ocurrió por que cruzaba 3 embalses. No me digáis que el nombre no es original. Cruzaba el embalse que hay en Alcalá del Río, el de Castilblanco de los Arroyos y el que está en los Lagos del Serrano. Por cierto todos los embalses estaban desembalsando agua. Era la primera vez que lo veía, antes estaban más seco que el ojo de un tuerto. Hasta llegar a Alcalá fui por carretera después todo era por caminos. La primera dificultas me llega en el km 29. Casi 10 kms de subida con grandes porcentajes, creo que se llama el Cerrón o algo parecido. Lo subo sin poner el platillo, lo que me da una alegría y mientras subía decidí no ponerlo en todo el trayecto. Y lo conseguí, aunque no sin esfuerzo.

Hasta arriba del todo hay que subir

Ya en Castilblanco un merecido desayuno y de nuevo a continuar camino buscando cruzar el segundo embalse. Después de un suave y continuo ascenso llega una bajada de 3 km que me lleva a los pies del embalse. Todo lo que baja, sube y ahora tocaba subida. Voy a echar mano de una gel y mierda!!! me lo he dejado en casa. No llevo absolutamente nada que llevarme a la boca pero no queda más remedio que seguir.
El embalse de Castilblanco

Cruzo el tercer embalse y llego a La Cantina. Allí repongo fuerzas con un aquarius. Tengo la opción de subir la cuesta de la Culebra o tirar por el paso restringido. Elijo la segunda opción. Tenía curiosidad de ver el embalse lleno. Nunca lo ha visto tan lleno. La visión que tenía del embalse era muy diferente a como estoy acostumbrado verlo. Al llegar al final del paso restringido es donde cambio de opinión y decido buscar la carretera. Estoy hecho polvo y me estoy empezando a encontrar vacio. Me quedan 20 km para llegar a casa y la verdad es que no sé como lo voy a hacer. Veo una gasolinera y es como si hubiera visto un oasis en pleno desierto. Compro una barrita y la devoro. Esa me servirá para llegar dignamente aunque queda pendiente la ruta tal como la concebí en un principio. De todos modos me salieron 103 km y disfrute muchísimo. El campo está precioso y no me encontré nada de barro.
Hoy domingo he vuelto a salir para rodar un poco. Hoy si me he encontrado barro en el tramo de la vía verde. Los todo terrenos han destrozado la vía, formando verdaderos fangales. He elegido coger este camino para ver como está, tengo intención de hacerlo cuando salga de la oficina y habrá que ponerle el foco a la bici porque el regreso será de noche. Ya veremos.

Ha sido una semana bastante productiva en cuanto a los entrenos. Lunes a miércoles, sesión doble de spinning. Jueves y viernes descanso y el fin de semana 155 km.